Los encumbramientos - Alfa y Omega

Creo que, desde que tengo la gran suerte de dirigir este semanario, esta ha sido la vez que me han llegado más propuestas de personas totalmente dispares sobre el mismo tema. Obviamente el nuevo disco de Rosalía ha sido un revulsivo para la gran masa opinativa de nuestro país. Le hemos dado 200 vueltas, interpretaciones, admiraciones y lo que te rondaré. He llegado a leer que es hasta un tratado de teología apologética. Yo no llego a tanto; de hecho, ni siquiera me gustan los fenómenos de masas, en general. Reconozco el buen gusto en los temas, me parece interesante que hable de la trascendencia, de la pureza, de Dios, con tanta apertura. Lo que me gusta menos es el encumbramiento que hacemos los católicos de quien dice evidencias, aunque entiendo que, en los momentos líquidos que vivimos, es toda una declaración de intenciones. Ojalá realmente esto no sea eso, sencillamente ser rupturista. Lo que quizá más me guste de todo el fenómeno es esta incipiente pero segura vuelta a la belleza del arte como modo de expresar el deseo de trascendencia. Que lo sacro no quede relegado al interior de los templos y pueda escucharse en los cascos de los vecinos de metro. Ahí sí, gracias Rosalía.