Los ecuatorianos de Loja que trajeron a Madrid a su Virgen de El Cisne
El día 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de María, la Iglesia en el mundo celebra a la Virgen, «que es solo una» pero con distintas advocaciones locales. La puntualización la hace Luis Remache, ecuatoriano con 22 años en España a sus espaldas —«parte de la vida»—, cuando habla de la devoción que mantiene la comunidad ecuatoriana en Madrid por la Virgen de El Cisne.
Se trata de una advocación propia de la localidad del mismo nombre, en la provincia de Loja (sur de Ecuador). Remache, que es natural de El Cisne e «integrante de la junta directiva de la Virgencita», explica que hay una comunidad muy amplia de su ciudad en Madrid, de entre 50 y 70 personas, que «replicamos lo de mi pueblo» en cuanto a tradición y religiosidad se refiere. «Los migrantes salimos de nuestro país y hemos traído la fe».
La devoción en Madrid a la Churonita, como llaman cariñosamente a esta Virgen por su pelo largo y rizado, se centraliza en la parroquia Patrocinio de San José, en Vallecas. Hace tres años, los priostes de la Virgen —quienes se responsabilizan de todos los homenajes a María, cuenta Luis— pidieron a la parroquia, que reunía a un buen número de ecuatorianos, poder tener allí la imagen. «Sin problema», les dijo el párroco, José María Casado, carmelita. En realidad, la talla se la habían traído de Ecuador muchos años antes, después de haber sido bendecida por el obispo de la provincia, y en Madrid la tenían en sus casas.
Una devoción de todo Ecuador
Se entronizó a la Virgen, en presencia de un obispo del país, y desde entonces permanece fija en el templo; la comunidad celebra allí, los primeros domingos de mes, una Eucaristía especial. La fiesta grande de agosto, que no siempre se hace el mismo día 15 porque a veces los trabajos lo impiden, reúne a ecuatorianos también de otras zonas ya que la devoción a la Virgen de El Cisne está muy extendida en Ecuador. De hecho, famosa es la tradicional romería de la Churona, que recorre los 70 kilómetros que hay entre El Cisne y Loja desde el 17 de agosto hasta el 1 de noviembre —el año pasado, suspendida por la pandemia, y este, a la espera de la decisión de las autoridades—.
Este año, la celebración especial en Patrocinio de San José será el viernes 20 de agosto, y solo habrá novena y Misa para garantizar la seguridad sanitaria. Echarán de menos el aperitivo, en el que compartían con la comunidad las comidas típicas de El Cisne, como la fritada —costillas fritas de cerdo— o el hornado —similar al cochinillo—, explica Luis. Una fiesta que es «volver a las raíces, a nuestras costumbres».
En septiembre, regresarán las celebraciones marianas a Patrocinio de San José. «Celebraremos la Virgen de la Caridad del Cobre de Cuba», cuenta el padre José María, «y en diciembre, la Virgen de Caacupé de Paraguay». En un barrio con «mucha inmigración», esto es «una riqueza muy grande para la parroquia», concluye.