Los damnificados por el terremoto de Marruecos se preparan para un invierno sin casa
Urge la reconstrucción de las viviendas, de pueblos enteros en los casos de las aldeas de Atlas, dos meses después del terremoto que asoló Marrakech y las zonas limítrofes. La ONG Policía Amigo de Málaga acaba de volver de su segunda expedición con ayuda humanitaria al país
Han pasado casi dos meses desde que la tierra tembló de manera devastadora en Marruecos y sus gentes aún siguen viviendo los efectos de la destrucción. Lo sabe bien Pepe Cruz, fundador y presidente de la ONG Policía Amigo, que acaba de regresar de la segunda expedición al país para entregar ayuda humanitaria. «Hemos estado dos semanas completas llevando material a la zona más recóndita en el alto Atlas, a unos 100-150 kilómetros al sur de Marrakech». Han entregado en total cerca de 30 toneladas, fundamentalmente ropa de abrigo, mantas, sacos de dormir, tiendas de campaña y carpas.
Es lo que más necesitaban unas gentes a las que en nada les llegará el frío y las nieves del invierno, vecinos de comunidades en las que apenas ha quedado piedra sobre piedra. «Ahora que la práctica totalidad de las víctimas ya tienen material, debe empezar el proceso de reconstrucción de viviendas», que viene a ser un proceso de «reconstruir sus vidas». No descarta Cruz llevar a cabo algún proyecto de rehabilitación de viviendas en comunidades con las que han establecido vínculos especiales.
La zona a la que han acudido es una extensión de cientos de pequeñas poblaciones diezmadas por el terremoto: aldeas de 400 habitantes en las que han muerto 85, o de 100 con 20 muertos. «Hay pueblos que son todo escombros y muchas personas que lo ha perdido todo, algunas con historias muy dramáticas». Como el de una madre cuya hija, de 11 años, murió agarrada de su mano cuando trataba de sacarla de entre los restos de su vivienda. «Antes de terminar de salir, le cayó un trozo de muro y la mató».
Este agente de la Policía Local de Málaga, curtido en mil batallas, reconoce que, aunque «por desgracia ya estamos acostumbrados a estas situaciones», no quita que «nada más llegar a todos se nos ponga un nudo en la garganta; pero lloras un poco, te secas las lágrimas y a seguir».
Expedición a Burkina Faso
Los desplazamientos hasta las zonas del Atlas afectadas por el terremoto no han sido fáciles, por la orografía del terreno y la situación de las carreteras —8 horas para recorrer 40 kilómetros—, pero Policía Amigo ya tiene experiencia en transporte por África. Su labor principal es en Burkina Faso, a la que llegan atravesando el continente en camiones. «Lo de Marruecos nos ha pillado a contramano, pero hemos hecho el esfuerzo porque tenemos capacidad de transportar material humanitario y entregarlo en mano, y no podíamos decir que no».
El próximo día 30, Pepe Cruz partirá con un grupo de miembros de la ONG a una nueva expedición a Burkina Faso, donde, además de ayudar a la población infantil con mochilas escolares, entre otros, están construyendo un hospital para atender a 36.000 personas que no tienen servicios sanitarios cerca. Este país, junto con Malí, es uno de los principales focos de «actividad yihadista» en África, y esto ha provocado 2 millones de desplazamientos internos. «Si ya antes de esto vivían en situación precaria, ahora…». En este contexto de «atentados casi a diario, una inseguridad terrible y una inestabilidad política tremenda, no cejamos en nuestro propósito de construir el hospital», concluye esperanzado.