Los cofrades «salimos a la calle para anunciar a Jesús y poder acompañarle»
Son muchos los jóvenes que participan en las cofradías que durante estos días salen a las calles en Semana Santa. Hoy conocemos el testimonio de Manuel Cuadra Roca, un joven de 26 años de Aranda de Duero que nos cuenta su experiencia como cofrade
Manuel Cuadra Roca pertenece a la Hermandad del Santísimo Cristo del Milagro de Aranda de Duero, cuya sede canónica es la parroquia de Santo Domingo. «Pero también pertenezco a las cofradías de San Antonio Abad y Nuestra Señora la Virgen del Carmen, siendo estas cofradías de gloria», añade.
Empezó a participar en procesiones a una edad muy temprana: la primera vez que salió sólo contaba con 3 años: «Yo no sabía muy bien qué era eso de salir en procesión, pero mi madre me puso el hábito, me colocó en la fila y recuerdo con gran alegría que aquel año me pusieron el primero de la Hermandad. ¡Qué responsabilidad!».
Así, los padres de Manuel le ayudaron a dar el primer paso de un recorrido que continúa a día de hoy. Con el paso del tiempo, cuenta que ha ido ganando en devoción y acrecentando su fe en el Santísimo Cristo del Milagro, «aunque mucha gente cree que la religiosidad popular es más folclore que fe, pero muchas veces la realidad es al contrario y ese es mi caso. Es por ese crecimiento en la fe por lo que he decidido seguir en la Hermandad y no como un hermano pasivo, sino siendo parte activa».
Días de espiritualidad
Y, ¿en qué va pensando un cofrade durante la procesión? Manuel, que desde los 16 años ejerce como costalero portando al Cristo del Milagro, cuenta que se trata de un momento especial, «no sólo por salir a la calle a anunciar el mensaje de Jesús a otras personas, sino porque tienes la gran suerte de acompañarle. Son muchas las cosas en las que puedes pensar mientras vas desfilando: desde hacer un repaso a tu vida en el último año, ver cómo es tu vida como cristiano e incluso ver qué puedes mejorar para acercarte más al Maestro. Aunque últimamente el que más me viene a la cabeza es que suene la campana del capataz de costaleros para que entre el relevo», comenta divertido. De cara a futuras procesiones, a Manuel le gustaría ejercer como enlace en la procesión, una función que todavía no ha tenido oportunidad de realizar: «De ellos depende que la procesión salga tal y como se ha planeado por la mañana, tienen una gran disponibilidad. Pero siempre estaré dispuesto a ayudar a la Hermandad en lo que necesite».
Los cofrades viven unos días de preparación espiritual, en los que el abad de la Hermandad dirige unas charlas cuaresmales a las que están invitados todos los hermanos, «y en las que cada año se reflexiona sobre un tema diferente. Es una gran ayuda para alimentar el espíritu y preparar mejor la Semana Santa». Estos días que preceden a la procesión son también de nerviosismo y estrés: «Hay que preparar los pasos y dejar todos los materiales para la procesión de Jueves Santo. Pero también con una preparación interior puesto que no hay que olvidar lo que hacemos cuando salimos a la calle, y muchas veces se deja de lado y pierde el sentido».