Los cinco mensajes de los obispos a los conductores ante la fiesta de san Cristóbal
En un mensaje con motivo de la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico, muestran su cercanía a todos los que desarrollan su trabajo en la carretera y se han visto afectados por la pandemia
La Iglesia celebra una nueva Jornada de Responsabilidad en el Tráfico el próximo 5 de julio, coincidiendo con la fiesta de San Cristóbal, patrón de los conductores. Momento en el que los obispos de la Subcomisión de Migraciones y Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal aprovechan para enviar un mensaje a la sociedad en general y a todos los profesionales que desarrollan su trabajo en la carretera, este año especialmente golpeados por la crisis del COVID-19.
«Este año, la siempre festiva y sonora celebración [de San Cristobal] tendrá seguramente un carácter distinto, debido a la pandemia del coronavirus y a la crisis laboral y económica que padecemos, y que afecta de lleno al transporte», escriben.
Y lanzan cinco mensajes dirigidos a todos los que este verano se pondrán al volante y a aquellos que vuelven a sus trabajos una vez se ha levantado el confinamiento y salgamos del Estado de alarma. Son los siguientes:
- La primera indicación de los obispos tiene que ver con no pasar de largo antes los problemas y limitaciones de quienes se cruzan en nuestro camino. «Seguramente hay compañeros vuestros a quienes el prolongado periodo de inactividad les ha dejado en una situación precaria. No les dejemos solos, procuremos darles una mano, según nuestras posibilidades. Seamos buen samaritano para nuestros hermanos», añaden.
- La segunda tiene que ver con el modo de conducir; piden que se haga con responsabilidad, sin prisas y pensando en los demás. «Conducir, y conducir bien, es un modo de ejercitar el sentido de responsabilidady la caridad, es un acto moral. […] La prisa genera nerviosismo y se traduce, si falta el autocontrol, en intemperancias, insultos o en adelantos peligrosos que ponen en riesgo la propia vida y la de los demás. Tengamos presente lo que nos decía el Papa Francisco, advirtiendo de cómo el escaso sentido de responsabilidad está causado “por unas prisas y una competencia asumida como forma de vida que convierte al resto de conductores en obstáculos”».
- El tercer mensaje tiene que ver con el cumplimiento de las normas de tráfico, que, dicen, tienen que ser respetadas no por miedo a una multa, sino por convicción. «¿Pensamos alguna vez con calma sobre la grave responsabilidad que asumimos cuando viajan con nosotros otras personas? Es como llevar con nosotros algo valioso pero muy frágil, que tenemos que cuidar», explican.
- Apuestan por reforzar la educación vial a los niños y jóvenesen edad escolar, así como concienciar a conductores y peatones de que la seguridad vial depende, en buena parte, de cada uno. Y denuncian que en las carreteras sigue habiendomuchos puntos negrosy que algunas no están en condiciones.
- Finalmente, los obispos reconocen la contribución del sector del transporte y la movilidad al bien común pues generan muchos puestos de trabajo. Y envían un mensaje de alientoa todos aquellos que han tenido que parar por la pandemia viéndose abocados a una situación muy precaria: «La Iglesia, como madre amorosa, quiere salir a vuestro encuentro y estar cerca de vosotros, orar por vosotros y con vosotros, en la seguridad de que, ahora como entonces, Jesús sigue recorriendo nuestras ciudades y pueblos».