Los cardenales Zen y Re debaten por carta sobre el acuerdo con China
El decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, escribió la semana pasada al resto de cardenales subrayando la «profunda sintonía del pensamiento y de la acción» de los tres últimos Papas sobre el gigante asiático. El arzobispo emérito de Hong Kong ha respondido reafirmándose en que Benedicto XVI rechazó el acuerdo tal cual se ha firmado
¿Hubieran estado de acuerdo san Juan Pablo II y Benedicto XVI con la Ostpolitik de Francisco hacia China? La pregunta está en el centro de la última polémica en torno al acuerdo provisional entre la Santa Sede y el Gobierno chino para el nombramiento de obispos, que debería renovarse en septiembre próximo. Uno de sus protagonistas es un habitual sobre esta cuestión, el arzobispo emérito de Hong Kong, Joseph Zen. El otro, el nuevo decano del colegio cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re.
Pocas semanas después de ser confirmado como decano, el cardenal Re escribió al resto de miembros del colegio cardenalicio movido por el deseo de «compartir algunas reflexiones y ofrecer elementos que favorezcan una evaluación serena» de la cuestión.
La carta del prelado italiano, fechada el 26 de febrero pero hecha pública este fin de semana, reconoce que el rechazo de Zen al acuerdo con China es una muestra de «lo difícil que todavía es el camino de la Iglesia» en ese país. Afirma que hay una «profunda sinfonía del pensamiento y de la acción» entre san Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco en lo que al gigante asiático se refiere.
Los tres «favorecieron el diálogo y no la contraposición entre ambas partes». No compartían —asegura Re— la posición que Zen ha expresado varias veces, de que sería mejor no tener acuerdo a tener un mal acuerdo, y «apoyaron y acompañaron» el proceso de elaboración de un esbozo de acuerdo que, «en el momento presente, parecía ser el único posible».
El cardenal Zen ha respondido al decano de los cardenales en una carta abierta que se publicó el lunes. Su texto recuerda que tanto el Papa polaco como el alemán compartían el rechazo a la Ostpolitik original (el intento de acercamiento a la URSS por parte de la Iglesia). Cita como prueba las palabras de Benedicto en su libro entrevista con Peter Seewald Últimas conversaciones, en el que asegura que «no podía esperarse que el régimen colapsase pronto, pero era evidente que, en lugar de ser conciliador y aceptar compromisos, era necesario oponerse firmemente». Este juicio, en su opinión, es extrapolable a la relación con China.
¿Dio el visto bueno Benedicto?
Uno de los puntos centrales de la polémica es, de hecho, la opinión concreta de Benedicto sobre los postulados del acuerdo provisional firmado en septiembre de 2018. El cardenal Re asegura, remitiéndose a documentos del archivo de la Secretaría de Estado que ha visto, que «Benedicto XVI había aprobado el borrador», aunque solo se firmara en 2018.
Esta afirmación contradice la del cardenal Zen de que el Papa alemán rechazó el documento, algo que ya había asegurado en otras ocasiones. «Solo muéstreme el texto firmado, que hasta la fecha no se me ha permitido ver —pide a su compañero de cardenalato—, y la evidencia del archivo, que ha podido verificar. Solo queda por explicar por qué no se firmó entonces», añade el arzobispo chino.
Otro de los argumentos del cardenal italiano es que, con el tiempo, China ha cambiado el significado de la «independencia» de poderes extranjeros que pide a los católicos. El acuerdo firmado en 2018 prevé —explica en su carta— que el Papa intervenga en el nombramiento de obispos. Por tanto, la exigencia de «independencia» «ya no se puede interpretar de forma absoluta como “separación” del Papa, como era el caso en el pasado». Zen sigue mostrándose escéptico a este respecto.
Lo común: la oración
En contraste con sus críticas, y como prueba de buena voluntad, el arzobispo emérito de Hong Kong explica que «a los hermanos desolados que se vuelven hacia mí, les digo que no critiquen a los que siguen las disposiciones» de la Santa Sede. Se refiere a las orientaciones para los obispos y sacerdotes chinos sobre cómo inscribirse en la Iglesia oficial sin traicionar la doctrina católica acerca de la comunión con el Papa.
Estas orientaciones sugerían añadir, por escrito o de palabra, que se acepta la independencia, autonomía y autogestión de la Iglesia en China siempre según la interpretación católica de estos conceptos. Pero también entienden que, si alguien tiene objeciones de conciencia a esto, es legítimo seguir en la clandestinidad. Es a esta última orientación a la que –explica Zen– remite cuando anima a quienes le piden consejo a «retirarse al estado de las catacumbas, sin oponerse a ninguna injusticia».
Sin embargo, en el fondo de todo el debate entre los dos cardenales, hay una cuestión en la que ambos están de acuerdo «al 100 %», asegura Zen. Se trata de la invitación del decano del colegio cardenalicio a «rezar intensamente para que el Espíritu Santo sostenga [al Papa] y a las comunidades de la Iglesia católica en China, que a pesar de sufrir durante un largo tiempo demuestran su lealtad al Señor, en el camino de reconciliación, de unidad y de misión al servicio del Evangelio».