Los animales nos dan testimonio - Alfa y Omega

Los animales nos dan testimonio

Carlos Granados García
Detalle de la portada

Con el tono desenfadado de un chiste o un juego de palabras, Fabrice Hadjadj presenta en este libro una suma de teología bíblica. El lector que se embarque debe entender que, a pesar del estilo cómico y a veces hilarante (como en el «sermón a los cerdos» que concluye el libro), estamos ante un pequeño tratado. Hadjadj recorre el Antiguo y el Nuevo Testamento ofreciendo a partir de la figura animal un semblante de Dios, una verdadera teología.

El Dios de las bestias tiene que ser un Dios divertido, Alguien con una imaginación desbordante. Los animales no se explican solo con categorías utilitaristas; sus órganos y sus comportamientos no se comprenden aplicando la lógica de la selección de los más adaptados. El pez globo y su exuberante rito de apareamiento testimonian, sin duda, que este Dios Creador es del todo original. Adolf Portmann, en su reconocida obra La forma de los animales, ya había intuido que la apariencia del animal, su modo de autopresentación, tiene una dimensión misteriosa, remite a una sobreabundancia que nos asombra. Y esto mismo nos dice Hadjadj. Hay toda una teología en el mundo animal.

Tradicionalmente, la ecología científica se ha dirigido al mundo animal con la mirada del que domina: para controlar y explicar. La tradición judeocristiana ha visto más bien en el bestiario una serie de símbolos: cada animal nos alecciona sobre una virtud, nos puede ilustrar sobre un comportamiento (bueno o malo). Hadjadj quiere hacernos pensar sobre la exuberancia del animal, sobre el hecho mismo de que exista. Los animales nos dan testimonio de que el ser es inagotable, de que Dios tiene un amor desbordante y que sus caminos no son los de nuestro mundo utilitarista.

El libro de Hadjadj recorre la Biblia, del Antiguo al Nuevo Testamento. Pero nos advierte: la Sagrada Escritura no quiere ser leída; de hecho, Jesús y los profetas arremeten con frecuencia contra los que leen la Biblia. La Sagrada Escritura quiere que, «con ella, gramática última y léxico supremo, aprendamos a leer los acontecimientos de nuestra vida e incluso, de manera más elemental, descubramos que tenemos una vida».

El pergolero MacGregor, un pajarillo por el que el autor manifiesta especial debilidad, tiene un complejo y largo ritual de apareamiento, inexplicable en categorías de pura utilidad. Y dice Hadjadj que esta ave no realiza esta complicada ceremonia para reproducirse, «sino que se reproduce para desplegar esta gloria». De este modo, «nos señala que nuestros amores se ordenan a una fecundidad desbordante». Este es el testimonio que todo animalillo da de El Dios de las bestias.

El Dios de las bestias. Suma zooteológica
Autor:

Fabrice Hadjadj

Editorial:

BAC

Año de publicación:

2025

Páginas:

256

Precio:

22 €

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