López Schlichting pronuncia el pregón de la Semana Santa de Madrid: «El sufrimiento es fecundo»
La periodista ha reconocido que creció «con ciertos prejuicios antisemanasanteros», pero que ahora es una «rendida admiradora» gracias, en primer lugar, a su acercamiento a la fe católica y, después, a la «belleza plástica» de las procesiones
La catedral de Santa María la Real de la Almudena se ha llenado este martes, 5 de abril, para escuchar el pregón de apertura de la Semana Santa madrileña pronunciado por la directora de Fin de Semana de COPE, Cristina López Schlichting. «Mi sufrimiento, el vuestro también, tiene un valor: es fecundo y bueno. ¡Qué milagro! ¡Qué misterio!», ha asegurado tras repasar una reciente enfermedad y su redescubrimiento de la cruz de Jesús.
En el arranque de su intervención, la periodista ha agradecido la invitación del arzobispo, cardenal Carlos Osoro, y ha valorado que Madrid es «un acogedor nido» donde todos se sienten «uno más», desde su abuela Pilar, «una castiza muy chula», hasta su abuelo Faustino, que era de Albacete y «conocía el Prado de memoria», pasando por su madre, Ingerborg, que es alemana, pero ha convertido la tortilla de patata o los bocadillos de calamares en «dos de sus grandes placeres». «Madrid es de todos», ha aseverado, antes de señalar que su catedral es también un poco así: «Ni la más hermosa del mundo, ni la más fea, pero amplia y acogedora. […] El espacio para todos los carismas e identidades».
Del prejuicio a la admiración
López Schlichting ha reconocido que creció «con ciertos prejuicios antisemanasanteros», pero que ahora es una «rendida admiradora» gracias, en primer lugar, a su acercamiento a la fe católica con las Mercedarias de la Caridad y con Comunión y Liberación y, después, a la «belleza plástica» de las procesiones y a ver de cerca cómo las viven personas de toda la geografía española. Eso sí, con la vista puesta en las hermandades y cofradías presentes, ha incidido en que «a ustedes no puedo enseñarles nada» sobre la Semana Santa y, por ello, ha querido hablar del dolor.
«¿Qué puedo decirles del dolor? ¿Quién no ha pasado por él», ha planteado la periodista, para luego citar ejemplos como la pandemia, la guerra de Ucrania, la enfermedad, las rupturas familiares o los problemas laborales. Aunque ella se curtió cubriendo conflictos bélicos, ha revelado que siempre «había superado el temor» hasta el pasado mes de febrero, cuando, tras una operación, experimentó complicaciones y un «dolor extremo». «Durante semanas, días y noches, he caminado por mi casa durante horas, sufriendo despiadadamente y agarrada al rosario», ha detallado. Pedía aceptar su «sacrificio», que «no comprendía», y se apuntó a «la resurrección, claro», «¡pero es que yo no resucitaba!».
El miedo y la angustia de Cristo
Algo cambió cuando empezó a darse cuenta de que «Él pasó exactamente por lo que pasamos nosotros». Además de «los bofetones y salivazos», de «la flagelación tremenda, casi hasta el desfallecimiento» y de esa «muerte horrible en la cruz» –ha remarcado–, Cristo sintió «el miedo, la angustia, la perplejidad» y los «sorprendente» es que, en vez de huir, «lo eligió deliberadamente». Pudiéndose recrear en la Resurrección, ha proseguido, los textos evangélicos, no minimizan este dolor ni la sensación de derrota de los seguidores de Jesús porque en la Pasión hay «algo crucial, decisivo».
En este sentido, aludiendo al pasaje de Emaús, López Schlichting ha destacado que el paso desde «la más absoluta perplejidad de los apóstoles» a la conciencia de que «Dios ha aceptado la muerte de Cristo y su dolor como sacrificio por los pecados» se produjo por la Resurrección y que así, «si conectamos nuestro sufrimiento con el suyo, no solo nos redimimos por la sangre del cordero, sino que participamos de la salvación del mundo».
«Hoy me sigo enfadando, pero he decidido dejar que Dios ame mi enfado. No he superado mi límite, pero me dejo amar dentro de Él –ha concluido citando a referentes como Jesús Carrascosa o Luigi Giussani–. Ahora ya no tengo que censurar nada, ni mi dolor, ni su amor. Ni mi rabia ni su ternura. Ahora soy libre».
Una Almudena de regalo
El encargado de presentar a la también escritora ha sido el director de Medios de Comunicación del Arzobispado, Rodrigo Pinedo, que ha rememorado que la conoció en octubre de 2015, al poco de llegar al cargo, en un acto de cristianos perseguidos en Alfa y Omega, y que, al verle, esta exclamó: «¡Qué joven!». «Y así es Cristina: sin medias tintas, clara, fiel a lo que ve, fiel a lo que escucha», ha añadido, antes de desgranar su carrera en ABC y COPE y explicar que «siempre ha buscado la verdad» y que también busca, con la ayuda de Comunión y Liberación, «la Verdad en mayúsculas».
A la conclusión del pregón, el arzobispo ha agradecido a López Schlichting sus palabras y le ha dado una pequeña imagen de la patrona de Madrid, la Virgen de la Almudena: «Muchas gracias, Cristina. Este pregón, en estas circunstancias de la pandemia, de la guerra, y en las circunstancias personales, viene muy bien».
El acto, en el que también han estado presentes el nuncio de Su Santidad en España, Bernardito Auza, y los obispos auxiliares José Cobo y Jesús Vidal, ha comenzado con la banda de tambores de Jesús el Pobre y ha terminado con la música del organista de la catedral, Roberto Fresco.
Para más información sobre la Semana Santa en Madrid puede visitarse la web semanasanta.archimadrid.com.