Llamados a refundar el sistema económico

El reto es mayúsculo. Se trata de sentar las bases de un nuevo sistema económico mundial, «que haga vivir a la gente y no mate, que incluya y no excluya, que humanice y no deshumanice, que cuide la creación y no la saquee». Con estas mismas palabras convocó el Papa el evento Economía de Francisco, programado inicialmente del 26 al 28 de marzo en Asís, pero que finalmente se celebra virtualmente desde el jueves 19 de noviembre hasta el sábado 21. La COVID-19 está detrás del cambio de fechas, lo que se percibió al principio como un contratiempo. Sin embargo, sin obviar todo el dolor humano que está generando, la pandemia ha terminado siendo una gran oportunidad. «Mejor momento que este para acometer reformas no lo hay», opina Víctor Vega, que trabaja como inspector en el Banco de España y que es uno de los españoles seleccionados para participar en el encuentro. «Salvando las distancias, me recuerda un poco a cómo se asentó el Estado de bienestar en Europa a raíz de la Segunda Guerra Mundial. Se hicieron cambios enormes, se crearon organismos multilaterales internacionales, la subida de la tributación se vio reflejada a posteriori en un crecimiento de las clases medias, mejoró mucho la educación…». Del mismo modo, en la actualidad «estamos siendo testigos de cambios tan radicales que deberíamos aprovecharlo en sentido positivo para hacer un mundo un poco mejor».

Este mismo empeño es el que tiene Leticia López-Cotelo desde hace seis años, cuando fundó el banco de productos Acompartir. «Es una especie de banco de alimentos, pero de productos de higiene, limpieza, hogar o ropa», explica. Ella también compartirá su proyecto y reflexiones en el evento convocado por el Pontífice y considera que ese mundo más fraterno y esa economía más humana pasan «por poner en el centro a la persona y al medio ambiente», asegura en conversación con Alfa y Omega. Con la mirada puesta en este marco general planteado por López-Cotelo, Vega habla de un primer campo en el que es urgente un cambio: el mercado, «que ha terminado por introducirse en muchos ámbitos que antes no estaban mercantilizados: la educación, las donaciones de sangre, la prostitución, el vientre de las mujeres…».

Ante el imparable avance del mercado, Fernando Bonete, doctor en Comunicación Social y profesor de la Universidad CEU San Pablo —que también participará en Economía de Francisco—, propone «volver a los orígenes, antes de que el sistema se pervirtiera, para recuperar aquello que realmente responde a las necesidades del ser humano». En este sentido, aboga por dejar de intentar perpetuar el sistema capitalista poniéndole adjetivos cada vez más demenciales —«recientemente Joseph E. Stiglitz hablaba de capitalismo progresista»— y propone que se acometa este proceso junto con la participación de la Iglesia.

Más allá de este marco teórico, los tres son conscientes de que este cambio de paradigma pasa por una implicación personal. «Seremos creíbles al hablar de estos temas en la medida que intentemos nosotros mismos asumirlo», concluye Vega. De lo contrario, «proyectaremos una imagen tal de incoherencia que tampoco hará ningún bien».

En el caso de Acompartir, la implicación viene de serie. De hecho, el banco de productos surgió raíz de una experiencia personal de la propia Leticia, que vio cómo la empresa en la que trabajaba se deshacía de material en buen estado que tan solo se había quedado obsoleto. «Junto con mi madre, empezamos a recolectarlos y en vez de mandarlos a la destructora, se los entregábamos a las ONG con las que colaborábamos».