Líderes cristianos desean a los musulmanes, al acabar el Ramadán, «renovación y reconciliación»
«Vuestro compromiso con el ayuno, con el perdón mutuo y con recordar las necesidades de los pobres y hambrientos son un recordatorio a los cristianos de que estas prácticas también son importantes para nuestra fe», asegura el secretario general del Consejo Mundial de las Iglesias en su mensaje para el Eid al Fitr
De la tarde del martes a la del miércoles, los musulmanes de todo el mundo celebran el Eid al Fitr, la fiesta del final del Ramadán. Y, desde distintas iglesias, les han llegado los mejores deseos en esta ocasión, una de las más festivas del calendario islámico.
Desde el Consejo Mundial de las Iglesias, por ejemplo, su secretario general, Olav Fykse Tevit, ha descrito en su mensaje como «una experiencia enriquecedora y un desafío positivo» para los cristianos conocer cómo los musulmanes celebran el mes de Ramadán. «Vuestro compromiso con el ayuno, con el perdón mutuo y con recordar las necesidades de los pobres y hambrientos son un recordatorio a los cristianos de que estas prácticas también son importantes para nuestra fe».
La alternancia del desafío y la celebración –continúa el mensaje– «hablan con elocuencia tanto de la abundante generosidad de Dios como de la necesidad de autodisciplinarnos si queremos usar los dones de Dios sabiamente».
Fykse también ha lamentado, en sus palabras, cómo en los últimos meses se han producido diversos ataques violentos contra fieles de distintas religiones mientras participaban en celebraciones religiosas: contra judíos en Pittsburgh (Estados Unidos) el 27 de octubre, contra musulmanes en Nueva Zelanda el 15 de marzo, y contra cristianos en Sri Lanka el 21 de abril.
Fraternidad y cohesión
Desde la Santa Sede, los mensajes con motivo del Ramadán se envían al comienzo de este mes sagrado en el islam, y no al final. El Eid al Fitr, en cambio, lo aprovechan las comunidades locales. Muestra de ello es el mensaje que ha enviado a los musulmanes iraquíes el patriarca caldeo, Luis Rafael Sako. En él, muestra su esperanza de que «la fiesta sea significativa y festiva» y que en ella «nos renovemos, olvidemos nuestras diferencias, nos perdonemos unos a otros con coraje y alcancemos la reconciliación».
Fuera de la Iglesia católica, el Papa copto, Tawadros II, visitó el sábado el imán de la Universidad de Al Azhar, Ahmed al Tayyeb, para felicitarle esta fiesta en persona. En el encuentro participaron también el ministro de Asuntos Religiosos, Mohamed Mokhtar Gomaa, el gran muftí Shawki Allam y miembros de la junta directiva del centro, que es la principal institución académica del mundo suní.
«El intercambio de saludos entre Al-Azhar y la Iglesia en las celebraciones religiosas refleja las relaciones fraternas y la cohesión entre la gente de la patria» egipcia, aseguró Al-Tayyeb con motivo de la visita.
Un mes para reforzar lazos
Cuando comenzó el mes de Ramadán, en marzo, el secretario del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, Miguel Ángel Ayuso, envió un mensaje subrayando cómo esta ocasión sirve también, además de para dedicarse al ayuno, la oración y la limosna, para «reforzar los lazos espirituales que compartimos en la amistad entre cristianos y musulmanes». Unos y otros «estamos llamados a abrirnos a los demás, conociéndolos y reconociéndolos como hermanos».
Sus palabras adquieren mayor relevancia ahora, después de que monseñor Ayuso haya sido ascendido a presidente del Consejo. «Para respetar la diversidad –continuaba en su mensaje–, el diálogo debe buscar promover el derecho a la vida de todas las personas, la integridad física y las libertades fundamentales. Esto incluye la libertad de vivir de acuerdo con las convicciones propias, tanto en el ámbito privado como en el público. De ese modo, cristianos y musulmanes pueden trabajar juntos por el bien común».