Liberados los dos sacerdotes nigerianos secuestrados este mes
El portavoz del Gobierno del estado de Anambra, donde capturaron al padre Basil Gbuzuo, afirmó que «todo el peso de la ley caerá sobre todas aquellas personas que se dediquen a organizar actividades delictivas»
Los dos sacerdotes nigerianos secuestrados por separado a mediados de mayo se encuentran ya de vuelta a casa. El pasado jueves 30 de mayo, el obispo de Yola, Stephen Dami, anunció que el padre Oliver Buba «ha sido liberado por sus secuestradores en las primeras horas» del día. Había sido secuestrado en tono a la una de la madrugada del 21 de mayo en la parroquia de Santa Rita, en el estado de Adamawa.
En un comunicado, el obispo da las gracias en nombre de la diócesis «a todas las personas de buena voluntad por las oraciones y muestras de solidaridad expresadas en estos momentos difíciles y de prueba».
Una semana antes, el 23 de mayo, recobró la libertad Basil Gbuzuo, de la diócesis de Onitsha. Lo habían secuestrado el 15 de mayo en la carretera de circunvalación Eke Nkpor-Obosi. «Fue abandonado por sus secuestradores hacia medianoche en un lugar cercano a Ufuma», aseguró entonces la diócesis. En ese momento decidió dirigirse a la parroquia de la Santa Cruz, donde el padre Alex Ezema lo acogió temporalmente, informa Fides.
También el arzobispo de Onitsha, Valerian Okeke, agradeció las oraciones. Dirigió su agradecimiento asimismo a las autoridades del estado de Anambra. El portavoz del gobernador, Christian Aburime, declaró que Gbuzuo había recuperado la libertad «gracias a los denodados esfuerzos del equipo conjunto de seguridad del Gobierno del estado de Anambra y de ciudadanos bienintencionados». Subrayó que las autoridades «no escatimarán esfuerzos para garantizar que todas las personas retenidas sean liberadas incondicionalmente sanas y salvas».
Aburime lanzó además «una enérgica advertencia a todos los delincuentes, sus colaboradores y patrocinadores: todo el peso de la ley caerá sobre todas aquellas personas que directa o indirectamente se dediquen a orquestar actividades delictivas», subrayó. Aunque al mismo tiempo les tendió la mano si deciden «aprovechar las vías que ofrece el Estado para formarse, rehabilitarse y reintegrarse en la sociedad».
El estado de Adamawa, donde vive Buba, está situado en el noreste de Nigeria. Mientras que el de Anambra, donde el padre Gbuzuo fue secuestrado, está situado en el centro-sur de Nigeria, no lejos de la capital federal, Abuja. Esto confirma, según Fides, «que los secuestros con fines de extorsión son un delito generalizado en toda la federación nigeriana, incluidos los secuestros masivos, especialmente de estudiantes».