Montserrat Serra y Blanca Thiebaut, las dos cooperantes de Médicos sin Fronteras, que fueron secuestradas, en octubre de 2011, en el campo de refugiados de Dadaab (Kenia), han sido liberadas. Se pone así punto final a un auténtico calvario de casi dos años, del que han salido felizmente pero muy debilitadas, como se ve en la foto, a su llegada a Torrejón de Ardoz. Ellas y sus familias han sufrido profundamente las consecuencias de un cruel e injusto cautiverio; aunque nadie ha reconocido la autoría del secuestro, todo parece indicar que fue obra de uno de los grupos extremistas de la red terrorista islámica Al Qaeda, que, desde el sur de Somalia, realizaba incursiones en el territorio keniano. Es lógico alegrarse de su liberación, pero más lógico y justo debería ser poner los medios para que algo así no vuelva a ocurrir, y cooperar y reconocer el trabajo y la entrega solidarios de los cooperantes no sólo cuando ocurre algo noticioso, sino cada día.