León XIV resume su primer viaje con un «la paz es posible» y pide ayuda para Asia

León XIV resume su primer viaje con un «la paz es posible» y pide ayuda para Asia

Tras el rezo del ángelus, el Papa ha compartido las impresiones de su primer viaje y ha pedido a la comunidad internacional «gestos de solidaridad» después de las graves inundaciones que pueden haber dejado hasta 1.750 muertos en el sudeste asiático

María Martínez López
El Papa ha recordado su primer viaje durante el rezo del ángelus. Foto: Vatican Media.
El Papa ha recordado su primer viaje durante el rezo del ángelus. Foto: Vatican Media.

«¡No lo olvidemos, la paz es posible!», ha insistido el Papa en la mañana de este domingo. León XIV ha aprovechado el rezo del ángelus para compartir con los fieles sus impresiones tras su primer viaje apostólico, a Turquía y el Líbano, del que regresó el pasado martes. Todo lo que ha vivido, ha resumido, «enseña que la paz es posible y que los cristianos en dialogo con hombres y mujeres de otras culturas pueden contribuir a construirla».

Repasando las distintas etapas de este primer viaje, ha recordado la oración con «mi amado hermano» el patriarca ecuménico Bartolomé y los representantes de otras confesiones en Iznik, antigua Nicea, con motivo del 1.700 aniversario del concilio que allí se celebró. Ha recordado asimismo que este 7 de diciembre se cumple el 60 aniversario de la declaración con la que Pablo VI y el patriarca Atenágoras se levantaron la excomunión mutua más de 900 años después del cisma de Oriente de 1054. «Demos gracias a Dios y renovemos nuestro compromiso en el camino hacia la plena unidad visible de todos los cristianos».

De la comunidad católica turca, ha apuntado cómo «a través del dialogo paciente y el servicio a los que sufren» da testimonio de la lógica del Evangelio de Dios, que se manifiesta en la pequeñez. También en el Líbano hay muchos fieles que «anuncian el Evangelio acogiendo a los refugiados», «compartiendo el pan con los necesitados» y a través de otras muchas obras caritativas.

León XIV en el puerto de Beirut. Foto: EFE / EPA / Yara Nardi.
León XIV en el puerto de Beirut. Foto: EFE / EPA / Yara Nardi.

Inundaciones en el sudeste asiático

Por otro lado, el país de los cedros, segunda etapa de este primer viaje «sigue siendo un mosaico de convivencia. Me ha reconfortado encontrarme con tantos testimonios en este sentido». Por último, ha reconocido que «me ha conmovido el encuentro con los familiares de las víctimas de la explosión en el puerto de Beirut». Paradójicamente, «esperaban una palabra de esperanza y consuelo pero fueron ellos los que me reconfortaron con su fe y entusiasmo».

Además de recordar su viaje, antes de los saludos finales el Santo Padre ha expresado su cercanía a «las poblaciones del sudeste asiático, duramente probadas por los recientes desastres naturales». Se refería a la confluencia del monzón y varios tifones, que desde finales de noviembre han causado, según algunas fuentes, hasta 1.750 muertos.

Equipos de rescate en Indonesia. Foto: CNS / Reuters.
Equipos de rescate en Indonesia. Foto: CNS / Reuters.

El Pontífice ha exhortado «a la comunidad internacional y a todas las personas de buena voluntad a sostener con gestos de solidaridad» a esas poblaciones. También ha expresado su oración «por las víctimas, por las familias que lloran a sus seres queridos y por quienes llevan socorro».

Clausura del Vaticano II

En la reflexión previa al rezo de la oración mariana, el Santo Padre ha recordado la sorpresa que supuso el Concilio Vaticano II, de cuya clausura se celebran 60 años este 8 de diciembre. Entonces, la Iglesia vivió la misma experiencia que Juan Bautista. Él «será sorprendido por la forma en que el Reino de Dios se manifestará en Jesucristo, en la mansedumbre y la misericordia».

Esta experiencia «se renueva cuando caminamos juntos hacia el Reino de Dios, todos dispuestos a acogerlo y servirlo. Entonces no solo florecen realidades que parecían débiles o marginales, sino que se realiza lo que humanamente se consideraría imposible», como la imagen del lobo habitando con el cordero. Todos «tenemos el recuerdo de una sorpresa parecida que nos ha ocurrido en la vida».

León XIV ha reconocido que el anuncio de Jesús contrastaba con el tono «severo» del Bautista. «Pero el pueblo lo escucha porque en sus palabras resuena la llamada de Dios a no jugar con la vida, a aprovechar el momento presente para prepararse al encuentro con Aquel que no juzga por las apariencias, sino por las obras y las intenciones del corazón».

Los poderosos no escriben la historia

Por otro lado, ha subrayado que con la expresión «venga tu Reino», que rezamos cada día en el padrenuestro, nos «orientamos hacia lo nuevo que Dios tiene reservado para nosotros, reconocemos que el curso de la historia no está ya escrito por los poderosos de este mundo». En efecto, «Dios viene a reinar no para dominarnos, sino para liberarnos».

«¡Cuánto necesita el mundo esta esperanza!», ha exclamado. Y ha recordado que «nada es imposible para Dios. Preparémonos para su Reino, acojámoslo». Jesús, que «se puso en nuestras manos» desde Belén hasta la cruz, «resplandece en nuestra historia como el sol naciente. Ha comenzado un nuevo día: ¡despertemos y caminemos en su luz!».

Igual que las luces que iluminan las calles, «cada uno de nosotros puede ser una pequeña luz, si acoge a Jesús, brote de un mundo nuevo. Aprendamos a hacerlo como María», que «aguarda con confianza y esperanza».