León XIV hereda de Francisco la preocupación por los obreros
El Jubileo del Mundo del Trabajo del próximo 8 de noviembre mostrará la indignación compartida por la siniestralidad laboral
La Iglesia católica y los sindicatos, a quienes a menudo se presenta de forma artificial en bloques contrapuestos, comparten preocupación por las muertes en el trabajo. Cada día mueren, de media, dos personas en el desempeño de sus quehaceres. Todo pese al vertiginoso avance de las tecnologías y la inteligencia artificial, que no logran impedir que, con una motosierra en la mano, sin equipo de protección ni conocer el idioma, uno pueda tener un trágico desenlace.
Uno de los análisis que hace Sara García, secretaria de Acción Sindical y Empleo de USO, es que hay empleos en los que al ciudadano común le parece esperable y relativamente lógico que el obrero muera. Como si fueran, nunca mejor dicho, meros gajes del oficio. Debido a la vulnerabilidad de los migrantes en el campo y la construcción, hay quien mira sus accidentes como algo inevitable y que, por tanto, no se debe combatir.
Entre las causas de esta siniestralidad laboral destaca la excesiva fragmentación de los procesos. La subcontratación provoca que, por ejemplo, muchos albañiles comiencen su faena cada día en un lugar diferente sin conocimiento de los peligros que presenta esa obra. Y los técnicos de prevención de riesgos laborales permanecen aislados en las empresas matrices sin la posibilidad de informar a estos externos,
En este contexto, la Iglesia tendrá una palabra en el Jubileo del Mundo del Trabajo, una cita en Roma en la que se rezará por las personas que se dejan la vida —literal y metafóricamente— en su puesto laboral. Originariamente planteado para el 1 de mayo, la muerte del Papa Francisco obligó a posponerlo, lo que no evitó que representantes de la Conferencia Episcopal Española peregrinaran rezando a Jesús Obrero. Una pérdida muy sentida también por los sindicatos italianos, quienes subrayaron esa preocupación compartida. Ahora lo presidirá León XIV, quien eligió ese nombre recogiendo el testigo de la Rerum novarum.