León XIV denuncia las «condiciones inaceptables» en Gaza

León XIV denuncia las «condiciones inaceptables» en Gaza

Tras una catequesis en la que ha reflexionado sobre la necesidad de detenerse, descansar y dejar actuar a Dios, el Papa ha exigido un «alto el fuego» para la Franja, soluciones diplomáticas y respeto al derecho internacional humanitario

María Martínez López
El Pontífice, al que se ve de espaldas, se dirige a los presentes en la plaza de San Pedro
El Pontífice se dirige a los presentes en la plaza de San Pedro. Foto: Vatican Media

Por segunda vez en menos de 24 horas, el Papa León XIV ha alzado la voz una vez más por Gaza ante la intensificación de los bombardeos y el inicio de la operación terrestre del Ejército israelí en el marco de la operación Carros de Gedeón. Al final de la audiencia general de este miércoles, el Santo Padre ha expresado su «profunda cercanía al pueblo palestino». Los gazatíes siguen «viviendo con miedo y sobreviviendo en condiciones inaceptables», ha denunciado.

Por ello, ha renovado su llamamiento «al alto el fuego, a la liberación de los rehenes, a la solución diplomática negociada», informa Vatican News. También «al pleno respeto del derecho internacional humanitario», que entre otras cosas prohíbe los ataques a la población civil.

Ya el martes por la tarde, a la salida de su residencia en Castel Gandolfo, el Pontífice expresó su preocupación por los muchos que «no tienen donde ir», así como por los que quieren quedarse. «Realmente hay que buscar otra solución».

Horas antes, había hablado por teléfono con el padre Gabriel Romanelli, párroco de la iglesia de la Sagrada Familia. El sacerdote le ratificó que la comunidad seguía acogiendo a unos 450 desplazados y a 45 niños y adultos con discapacidad. De momento no se habían interrumpido las actividades con niños y jóvenes, el reparto de ayuda ni el funcionamiento de su farmacia. Este miércoles la conversación habría sido imposible por el corte de las comunicaciones en la Franja.

Las palabras del Santo Padre contrastan con el ambiente festivo que se respiraba en la plaza de San Pedro con motivo del santo del Papa, Robert Prevost, puesto que este miércoles se celebra a san Roberto Belarmino. Al inicio de la audiencia, León XIV ha intentado saludar a los 30.000 fieles presentes con un largo recorrido en papamóvil.

«No debemos tener prisa»

Antes, durante la catequesis, el Papa ha hecho una apología del descanso, el detenerse y el silencio. Dentro del ciclo dedicado al tema Jesucristo nuestra esperanza, ha reflexionado sobre el tiempo que Jesús estuvo en el sepulcro durante el Sábado Santo, descansando tras completar «su obra de salvación».

En ese silencio se esconde una «plenitud contenida», una «promesa guardada en la oscuridad», ha descrito León XIV. Está «lleno de sentido, como el vientre de una madre» embarazada. Es «el misterio más profundo de la fe cristiana», en el que se está preparando «la mayor sorpresa».

Con esta imagen «aprendemos que no debemos tener prisa por resucitar: primero hay que quedarnos, acoger el silencio, dejarnos abrazar por el límite. A veces buscamos respuestas rápidas, soluciones inmediatas», ha profundizado el Santo Padre. Sin embargo, «Dios trabaja en lo profundo, en el tiempo lento de la confianza». En efecto, «saber detenernos es un gesto de confianza que debemos aprender a realizar».

El Pontífice ha reconocido que «nos cuesta parar y descansar. Vivimos como si la vida nunca fuera suficiente. Corremos para producir, para demostrar, para no perder terreno». Pero «la esperanza cristiana no nace en el ruido, sino en el silencio de una espera habitada por el amor». Por eso, ha invitado a descubrir la presencia y el amor de Dios en situaciones de espera y en los hechos de la vida que no pueden ser controlados.

En un segundo momento, el Papa ha señalado que Jesús colocado en el sepulcro representa también a «Dios que se deja hacer, que espera, que se retira para dejarnos libertad. Es el Dios que confía, incluso cuando todo parece haber terminado».