Le traspasó el costado, y salió sangre y agua - Alfa y Omega

Le traspasó el costado, y salió sangre y agua

Viernes de la 9ª semana de tiempo ordinario. Sagrado Corazón de Jesús / Juan 19, 31-37

Carlos Pérez Laporta
Foto: Jesús Salvador Cecilio.

Evangelio: Juan 19, 31-37

Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran.

Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis.

Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que traspasaron».

Comentario

«Mirarán al que traspasaron». No contento con dejarnos la imagen lacerante de su crucifixión tuvo a bien Dios mostrarnos su corazón: «uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua». No bastaba con que conociéramos su sacrificio, con que viéramos nuestra condena con Él clavada en la cruz, y sientiéramos la culpa por la muerte de aquel inocente. No bastaba con ver el sufrimiento y el dolor externos de Dios. Él quiso que al mirar al crucificado viéramos el centro de su persona, del que manaba aquel sacrificio: al ver la cruz nos sabemos redimidos, y al contemplar su corazón nos abismamos en el amor que le llevó a salvarnos. Al ver su corazón vemos el motivo de la Cruz, conocemos su sentido. «No le quebrarán un hueso», no; pero quiso rajar su costado para que manara para nosotros la Vida de su alma, para regar nuestra vida con su Amor. Cristo no solo murió por nosotros, sino que lo hizo por un amor loco y apasionado por nuestra vida. Cada vez que participamos de sus sacramentos bebemos del amor que mana de su corazón.