Latifa ya tiene su mochila - Alfa y Omega

Desprenderse del pollo Pepe y la rana Juana no fue tarea fácil para una niña acostumbrada a abrir el grifo y encontrar agua. «Pero mamá, son mis peluches favoritos», dudaba la pequeña, con aún 3 años. Pero, estoica, los metió en la mochila que, junto a cuadernos, lápices, reglas y un sinfín de material escolar iban a viajar muy lejos, hasta Burkina Faso, en un camión tripulado por los miembros de la ONG Policía Amigo, una suerte de ángeles que desde Málaga se juegan la vida en cruzar fronteras y sortear corruptos. Tras no pocas vicisitudes de retenciones, extorsiones e incomprensiones, la oportunidad de aprender a escribir con un lápiz o probar Nocilla llegó en tráiler hasta el campo de desplazados de la capital, Uagadugú, donde miles de niños con cara seria y deseo de estar alegres recibieron la constatación de saberse importantes para alguien en forma de ceras de colores. Entre ellos estaba la pequeña Latifa, la niña con gesto triste y mirada ausente. La nueva dueña del pollo Pepe que acompañó tantas noches a la que ahora siempre será su amiga, porque siempre estará en sus oraciones. Bendita conexión que nos hace un poco menos impasibles.