Las religiosas de Belorado acusan a Mario Iceta de «usurpar» sus cuentas bancarias
El arzobispo de Burgos es comisario pontificio en el caso y como tal puede acceder a las finanzas de la institución comisariada
Tras el episodio de hace dos días por el que las religiosas de Belorado solicitaron la asistencia de la Guardia Civil, a través de una publicación en Instagram ahora acusan al comisario pontificio de «usurpar nuestra representación legal accediendo a la administración de las propiedades y al control de las cuentas bancarias, a las que dejamos de tener acceso el día 4 de junio pasado», «dejándonos sin acceso a los fondos obtenidos con nuestro trabajo y donados por nuestros benefactores». Las religiosas señalan al arzobispo por intervenir sus cuentas pero, al mismo tiempo, reconocen que la comisión gestora que colabora con Iceta les ha ofrecido ayuda económica.
Estos representantes del comisario se personaron el día 6 en el convento para entregar a la comunidad los requerimientos civiles y canónicos, así como lo referente a las cuestiones administrativas del monasterio que ahora competen a Iceta. En esa atropellada visita que terminó con la intervención de la Guardia Civil «por haber irrumpido de forma no autorizada» — señalan las monjas cismáticas — los mediadores habrían ofrecido a las hermanas dicha ayuda económica para solventar sus gastos diarios.
El comisario actúa en nombre del Santo Padre, del que depende en última instancia la institución. El mismo Iceta, cuando se anunció su nombramiento como comisario, recordó que los monasterios, sus propiedades y bienes son bienes eclesiásticos y pertenecen a la comunidad como entidad jurídica, no a sus miembros en cuanto personas físicas. Sin embargo, las religiosas aseguran que, en virtud de su Manifiesto católico, tendrían que estar excluidas «del ámbito de aplicación del derecho canónico».
En la publicación en redes sociales también incluyen una foto de la citación del Tribunal Eclesiástico del Arzobispado de Burgos con la que se convoca a sor María Sion de la Trinidad para que ejerza su defensa tras manifestar su intención de abandonar la comunión con la Iglesia y la adhesión al Papa. Las religiosas de Belorado utilizan este documento para poner en tela de juicio la voluntad de diálogo y paciencia que había manifestado Iceta en la gestión de la situación.