Las peregrinaciones vuelven a Tierra Santa
El 23 de mayo Israel abrirá sus fronteras a los turistas, siempre que acudan en grupo, con una PCR negativa y estén vacunados. Los franciscanos ya trabajan en las primeras peregrinaciones
El mes de mayo ha traído nuevos episodios de violencia a Tierra Santa. Los habituales enfrentamientos entre palestinos e israelíes han resurgido en la ciudad de Jerusalén, a pesar de los continuos llamamientos del Papa y la comunidad internacional a la paz, y ya se considera a los sucesos de estos días como el conflicto más preocupante desde la segunda intifada –entre los años 2000 y 2005–. Al cierre de esta edición se habían producido más de 500 heridos y al menos 22 muertos en Gaza, y se espera que la tensión continúe.
La buena noticia es que este mes también será testigo de la vuelta de las peregrinaciones a los santos lugares, que podrían reactivarse a partir del 23 de mayo. Así lo ha anunciado el Gobierno de Israel, aunque, de momento, solo podrán entrar en el país las que estén integradas por un grupo de personas vacunadas y con PCR negativa.
Esto supone «una enorme alegría para nosotros», confiesa Luis Quintana, vicecomisario de Tierra Santa de la provincia de la Inmaculada Concepción. «Hay un gran deseo por la reapertura». Antes de que se cerraran las fronteras, «nuestra comisaría –en España hay tres comisarías de Tierra Santa– tenía organizadas cerca de 400 peregrinaciones».
Pero no se espera alcanzar este volumen hasta 2022. «Iremos poco a poco», asegura el franciscano. «Tenemos una primera peregrinación en julio, que partirá desde Valencia; luego hay tres en agosto, otras tres en septiembre, tres más en octubre y noviembre, y ya en diciembre hemos programado seis».
Se espera que la vuelta de los peregrinos ponga fin al largo vía crucis que han vivido los cristianos de Tierra Santa. «A la desgracia sanitaria hay que sumar la económica, porque el respaldo que tenían con las peregrinaciones ya no lo tienen», señala Quintana. Sin peregrinaciones, que son una de las fuentes de ingresos principales de los cristianos, la Custodia de Tierra Santa se ha convertido, en gran medida, en la única oportunidad de nuestros hermanos de Oriente Medio para sobrevivir a esta etapa. Los cristianos que se encontraban en Israel «sí han tenido el soporte del Gobierno con herramientas parecidas al ERTE o al paro», subraya el franciscano. No así quienes se encontraban en la zona palestina, donde no existen recursos de este tipo. «Hemos sido nosotros los que hemos tenido que suplir esta carencia, manteniendo el sueldo, o parte de él en algunos casos, o entregando directamente comida en otros», detalla el vicecomisario. La Custodia ofrece empleo de forma habitual a «miles de cristianos locales» como una forma de contribuir a su presencia en la tierra en la que se encarnó Cristo. Y ahora, cuando el empleo se ha derrumbado, no los han abandonado.
Los cristianos en Tierra Santa se dedican, mayoritariamente, a atender a las peregrinaciones. Al suprimirse estas, «lo están pasando realmente mal», asegura Luis Quintana, vicecomisario de Tierra Santa de la provincia de la Inmaculada Concepción.
En este contexto, la Comisaría de Tierra Santa en España ha decidido echar una mano y han logrado traer –no sin dificultad– algunos artículos de las tiendas de recuerdos de Belén. Todas las peregrinaciones suelen pasar físicamente por esos establecimientos, pero con la COVID-19 ha sido imposible. Por eso, hasta que se restablezcan los viajes por completo, los fieles españoles pueden hacerse con estos productos en la oficina de la Comisaría, situada en la basílica de San Francisco el Grande (Madrid), los miércoles y viernes entre las 09:00 y las 14:00 horas. También se pueden encontrar estos artículos en el madrileño convento de la Anunciación, de las clarisas, de lunes a viernes de 11:00 a 13:00 horas.
«Hemos traído algunas cajas con la idea de que la gente interesada pueda llevarse algún recuerdo de Tierra Santa, y para dar la posibilidad también de que los fieles puedan hacer un donativo para sus hermanos en la fe de Oriente Medio», explica Quintana. La variedad de los artículos es grande, aunque la cantidad pequeña. «Hemos traído sobre todo agua del Jordán, porque hay mucha gente que quiere bautizar a sus hijos ahora en mayo y junio. Es una de las cosas más demandadas. También tenemos rosarios, cruces… y luego recuerdos vinculados a la Navidad. Todavía queda mucho, pero para una familia cristiana es muy bonito tener un belén traído de Belén», concluye el franciscano.