Las monjas a las que visitan los Papas desde el siglo XVII, incluso de incógnito

El Papa León XIV sigue interrumpiendo su descanso estival para prodigar pequeñas muestras de cariño. Tras celebrar este martes Misa en la capilla de la estación de los Carabineros de Castel Gandolfo, el Santo Padre quiso dirigirse al convento de las clarisas en Albano. Ha informado de ello la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

La comunidad lo recibió a la entrada del recinto, dedicado a la Inmaculada Concepción. A continuación, se dirigieron juntos a la capilla, donde el Pontífice se recogió en oración con las monjas. Posteriormente, en la sala capitular, el Papa León mantuvo un encuentro cercano con la comunidad, según relata Vatican News: saludó a cada una de las religiosas y les dirigió unas palabras llenas de afecto. «Es hermoso que la Iglesia conozca vuestra vida, porque es un testimonio valioso», dijo.

Antes de concluir la visita, y tras rezar juntos el padrenuestro, León XIV ofreció al monasterio un cáliz y una patena para la celebración de la Misa. Como muestra de gratitud, recibió de las hermanas un icono del rostro de Jesús.

Comunión con el Papa

No es extraño que el Santo Padre haya querido visitar a las clarisas durante su estancia en la tradicional residencia de verano de los Papas. También lo hicieron en numerosas ocasiones sus predecesores. «Su comunidad, que se encuentra en el territorio de las Villas Pontificias, vive a la sombra de la casa del Papa y, por lo tanto, es muy estrecho el vínculo espiritual que existe entre ustedes y el Sucesor de Pedro», les dijo Benedicto XVI en uno de estos encuentros, el 15 de septiembre de 2007.

De hecho, las crónicas manuscritas de esta comunidad recogen audiencias similares desde 1656, cuando las clarisas recibieron a Alejandro VII. Siguieron su ejemplo Clemente XI, Benedicto XIV, Clemente XIII, Pío VII, León XII —de incógnito—, Gregorio XVI, Pío IX, Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, también después de su renuncia. Incluso Francisco, a pesar de no haber pasado ninguna temporada en Castel Gandolfo, las visitó en al menos dos ocasiones.

El 15 de agoto de 2013, el Pontífice argentino las exhortó a «guardar identidad de su consagración, la pertenencia al carisma fundacional. Y rezad por los pecadores, de los cuales yo soy el peor».