Las madres que buscan a sus hijos en Jalisco ganan el IX Premio de Derechos Humanos Rey de España - Alfa y Omega

Las madres que buscan a sus hijos en Jalisco ganan el IX Premio de Derechos Humanos Rey de España

María Guadalupe Aguilar, fundadora de FUNDEJ, ha recibido el premio de Felipe VI. «Necesitamos voluntad política», reivindica la mexicana

Rodrigo Moreno Quicios
Felipe VI entregando el IX Premio de Derechos Humanos Rey de España a la ONG mexicana Colectivo de Familiares por Nuestros Desaparecidos de Jalisco (FUNDEJ). Lo recoge su fundadora, María Guadalupe Aguilar, en la Universidad de Alcalá de Henares. Foto: EFE / Fernando Villar.

«Necesitamos plena voluntad política de las autoridades, cooperación internacional para conseguir detener este flagelo y seguir aprendiendo sobre estrategias de búsqueda que nos ayuden a encontrar a nuestros familiares», ha dicho en la mañana del 13 marzo María Guadalupe Aguilar, fundadora de la asociación Familiares por Nuestros Desaparecidos de Jalisco (FUNDEJ). La mexicana ha recibido el IX Premio de Derechos Humanos Rey de España del propio Felipe VI, quien le ha dado en mano este galardón que conceden el Defensor del Pueblo y la Universidad de Alcalá, donde ha tenido lugar la entrega.

«En este acto no solo reconocemos los logros de FUNDEJ, sino que también ratificamos nuestra admiración y agradecimiento a todos los colectivos que realizan estas labores de búsqueda en México», ha recordado el rey. Felipe VI ha reivindicado «la urgencia de defender los principios de humanidad y de justicia social, especialmente en tiempos donde la indiferencia o el desánimo pueden parecer respuestas fáciles ante la complejidad de los desafíos internacionales».

Por su parte, el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, ha expresado a los ganadores, «el deseo de que este premio lo vivan como un abrazo, un compromiso y un reconocimiento». Una felicitación que ha extendido al resto de colectivos que también buscan a sus desaparecidos «en otros países en Europa y fuera de ella».

Más de 100.000 desaparecidos en 17 años

Según Aguilar, el premio «nos llena de esperanza y fuerza para seguir adelante con nuestra labor». Lleva 13 años buscando a su hijo José Luis, de quien no tiene noticias desde el 17 de enero de 2011 y que figura con el número 250 en la lista de desaparecidos de Jalisco, un estado que suma 15.025 personas en paradero desconocido. Tras dos años sin respuesta de las instituciones, en 2013 esta mujer creó la primera asociación sin ánimo de lucro para encontrarlo.

Contando con los del resto del país y ciñéndose a los registrados entre 2006 y 2023, el número de desaparecidos en México asciende a 107.327. La mayoría son víctimas colaterales en la guerra entre el narcotráfico y las fuerzas armadas mexicanas. Otros, reclutas forzosos de los cárteles. Según explica en un comunicado el profesor emérito de la Universidad de Alcalá y experto en Protección Internacional de los Derechos Humanos, Carlos Jiménez Piernas, «estas mafias han impugnado la autoridad del Estado y se han impregnado en la sociedad civil».

Muchos de los desparecidos acaban encontrándose en fosas comunes. Entre 2016 y 2023 se localizaron 2.710 enterramientos de este tipo en México, 149 de ellas solamente en Jalisco. En un evento anterior de esta asociación, celebrado en noviembre de 2023 en el mexicano Museo de Arte de Zapopán, otra madre de FUNDEJ, María Guadalupe Ayala, contó su experiencia al encontrar el cadáver de su hijo en una de esas fosas. Lo reconoció por uno de los tatuajes de su brazo, separado del resto de su cuerpo. Una experiencia traumática y lamentablemente común entre los miembros de la asociación, cuyo himno dice: «Aunque sea en una tumba, quiero verte».

«Tu madre está en la lucha»

FUNDEJ está formada por 400 familias que realizan labores de investigación para localizar a sus parientes y denunciar a los responsables. En sus encuentros, pasan lista a sus seres queridos y responden «¡presentes!» a cada uno de sus nombres. Otra de sus consignas es: «Hijo, escucha, tu madre está en la lucha». Un lema que repiten cuando dejan flores en su memoria en la conocida como «glorieta de los desaparecidos» de Guadalajara, en México, un lugar con fotos de sus familiares y que han convertido en memorial al no contar con enterramiento oficial para ellos.