Las Iglesias greco-ortodoxa y latina de Jerusalén claman por la paz en Gaza: «Es hora de sanar» - Alfa y Omega

Las Iglesias greco-ortodoxa y latina de Jerusalén claman por la paz en Gaza: «Es hora de sanar»

Ante el reciente anuncio del gobierno israelí de tomar Gaza, «el clero y las monjas han decidido quedarse y continuar cuidando de niños, mujeres y ancianos»

Ester Medina Rodríguez
El cardenal Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, y el patriarca greco-ortodoxo Teófilo III durante una visita a la ciudad cristiana palestina de Taybeh, en Cisjordania en julio
El cardenal Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, y el patriarca greco-ortodoxo Teófilo III durante una visita a la ciudad cristiana palestina de Taybeh, en Cisjordania en julio. Foto: OSV / Debbie Hill.

El Patriarcado latino de Jerusalén y la Iglesia greco-ortodoxa han emitido una declaración conjunta este martes exigiendo el fin del genocidio en la Franja de Gaza ante el reciente anuncio del gobierno israelí de tomar el control de la ciudad. «Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que actúe para poner fin a esta guerra sin sentido y destructiva, y para que las personas desaparecidas y los rehenes israelíes puedan volver a casa», señalan.

En la nota, firmada en Jerusalén, recuerdan que en la Franja «viven cientos de miles de civiles, entre los que se encuentra nuestra comunidad cristiana, que será evacuada y reubicada» cuando lleguen las tropas israelíes. De hecho, aseguran que en el momento de la firma de la declaración «ya se han emitido órdenes de evacuación para varios barrios de la ciudad de Gaza».

Los dos patriarcados recuerdan que el complejo greco-ortodoxo de San Porfirio y el complejo de la Sagrada Familia han sido lugares de refugio para cientos de civiles, entre los que se encuentran ancianos, mujeres, niños, así como personas con discapacidad que son atendidas desde hace años por las Hermanas Misioneras de la Caridad. Para todos ellos, «abandonar Gaza e intentar huir hacia el sur sería nada menos que una sentencia de muerte», y explican que «el clero y las monjas han decidido quedarse y continuar cuidando de todos los que estarán en los complejos».

En un grito desesperado por la paz, las dos Iglesias claman por la paz en la región y afirman que «no puede haber un futuro basado en el cautiverio, en el desplazamiento de palestinos ni en la venganza. Este no es el camino correcto. No hay ninguna razón que justifique el desplazamiento deliberado y forzoso de civiles».

Con la esperanza puesta en «que los corazones se conviertan» y que «se priorice el bien común del pueblo», esta declaración es un llamamiento a la comunidad internacional. «Ya ha habido suficiente devastación, tanto en los territorios como en la vida de las personas. No hay razón para mantener a civiles como prisioneros y rehenes en condiciones dramáticas. Es hora de sanar a las familias que han sufrido durante tanto tiempo».