Las iglesias de Ucrania piden «una solución pacífica» ante la escalada en el este
En las últimas semanas se han multiplicado las violaciones del alto el fuego y han aumento los efectivos rusos en la frontera, denuncia el Consejo Ucraniano de Iglesias y Organizaciones Religiosas
Las iglesias de Ucrania han pedido un nuevo alto el fuego en el este del país y que se retomen los esfuerzos por «encontrar el camino a una solución pacífica del conflicto» en el Dombás. Esta región, formada por las provincias de Donetsk y Lugansk, está inmersa en un conflicto armado desde 2014. En las últimas semanas, el Gobierno ucraniano ha alertado del aumento de las violaciones del alto el fuego y del incremento de tropas y armamento rusos en la frontera.
En un comunicado, el Consejo Ucraniano de Iglesias y Organizaciones Religiosas se hace eco de este «agravamiento de la situación», que «nuevamente ha llevado a pérdidas humanas irreparables». Cita también el «potenciamiento sin precedentes» de efectivos rusos. El pronunciamiento es significativo porque, entre las 16 entidades que lo forman, se encuentra tanto la Iglesia ortodoxa de Ucrania (fruto de la unificación en enero de 2019 de los ortodoxos fieles al Patriarcado de Kiev y de la minúscula Iglesia autocéfala ucraniana) como la Iglesia ortodoxa ucraniana fiel a Moscú.
El organismo, que preside el arzobispo mayor de Kiev de la Iglesia grecocatólica ucraniana, Sviatoslav Shevchuk, subraya la necesidad de que los firmantes de los acuerdos previos de cese de hostilidades «reafirmen» su compromiso con estos principios «y retiren inmediatamente todos los obstáculos a una solución pacífica del conflicto», evitando nuevos derramamientos de sangre. Implora al mismo tiempo «sabiduría y valor para que, en este período, en nuestra patria se oigan solemnes cantos pascuales y no disparos». Hace referencia así al periodo, este año de casi un mes, entre la celebración de la Pascua según el calendario gregoriano (4 de abril) y el juliano (2 de mayo).
Llamamiento a la comunidad internacional
Los líderes religiosos se dirigen en particular a «los representantes de las instituciones internacionales y del cuerpo diplomático», para pedirles «que muestren firmeza y un empeño resuelto para reanudar el proceso de búsqueda de una solución diplomática al conflicto militar y la instauración de una paz justa en todo el país dentro de las fronteras reconocidas por la comunidad internacional».
El viernes, el ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Dimitri Kuleba, afirmó en una entrevista con EFE que «Ucrania no quiere una guerra. Nosotros no estamos preparando ninguna escalada, ninguna ofensiva». Pero aseguró que su país tiene que «prepararse para una defensa total ante una escalada rusa».
En las últimas semanas, el país eslavo está promoviendo una intensa campaña diplomática ante Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, la Unión Europea y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). El 6 de abril, el presidente de Ucrania, Vladimir Zelenski, instó a la OTAN a acelerar su proceso de adhesión. «Es la única vía para poner fin a la guerra en el Dombás», dijo en una llamada telefónica al secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg.
Rusia: un «problema interno»
Moscú respondió manifestando, por boca del portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, sus «profundas dudas» de que el ingreso en la OTAN «ayude de alguna manera a Ucrania a resolver su problema interno». Rusia lleva años negando toda implicación en el conflicto, que se inició tras la declaración de independencia de Donetsk y Lugansk. Pero, en las mismas declaraciones, Peskov subrayó que la seguridad y el destino de los ciudadanos rusos, mayoritarios en esta región, «son una prioridad incondicional para el Estado ruso y el presidente, Vladimir Putin, personalmente».
A finales de marzo, el jefe del Estado Mayor ucraniano, Ruslán Jomchak, denunció que Kiev está conteniendo en la zona del conflicto y en Crimea a 28 grupos tácticos enemigos. Además, a principios de abril el Ministerio de Defensa afirmó que las unidades de combate de Rusia en el distrito militar sur se han completado con llegada de soldados de los distritos oriental, central y occidental.
Despliegue en el mar Negro
El endurecimiento del conflicto ya ha salpicado a la comunidad internacional. Estados Unidos envió el viernes dos buques de guerra al mar Negro en una muestra de apoyo a Kiev, informa Efe. También continúa también mandando aviones de reconocimiento al espacio aéreo internacional sobre el mar Negro y el pasado miércoles dos bombarderos estadounidenses realizaron misiones en el mar Egeo.
En respuesta, Rusia ha trasladado 15 buques del mar Caspio al mar Negro. Entre ellos, tres cañoneros y ocho lanchas de desembarco. El viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, advirtió este martes a Estados Unidos de que «se mantenga lejos de Crimea» y la costa rusa del mar Negro «por su propio bien». El envío de navíos americanos es una «provocación» para «poner a prueba» a Rusia. «Pero no van a conseguir nada».