Las religiones de Ucrania convocan tres días de oración y ayuno por la victoria

Las religiones de Ucrania convocan tres días de oración y ayuno por la victoria del 1 al 3 de marzo

Los líderes de todas las organizaciones religiosas exigen «la vuelta a Ucrania de los niños, los civiles y los prisioneros de guerra deportados ilegalmente a Rusia»

Redacción
Una mujer llora en memoria de sus hijos asesinados en Járkov el 9 de febrero de 2024
Una mujer llora en memoria de sus hijos asesinados en Járkov el 9 de febrero de 2024. Foto: Reuters / Vladyslav Musiienko.

A los dos años de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, el Consejo Panucraniano de las Iglesias y Organizaciones Religiosas ha convocado «a todas las confesiones religiosas de Ucrania, las autoridades y los ucranianos en Ucrania y en todo el mundo» a tres días de oración y ayuno. Los invitan a pedir «por Ucrania» y su pueblo, «por nuestros soldados, por la liberación de los cautivos militares y civiles y por una gran victoria». Cada persona puede seguirla «según sus tradiciones religiosas y en un día apropiado» de los tres.

«Esta guerra ha provocado la mayor crisis migratoria en Europa desde la Segunda Guerra Mundial», denuncia la misma entidad en otro comunicado, difundido el 22 de febrero con motivo del aniversario de la escalada del 24 de febrero de 2024. En su declaración este órgano recuerda que, en 2022, «el enemigo había planeado asediar Ucrania en poco tiempo» y que, «fuera de las fronteras ucranianas, muchos compartían esa misma previsión». Sin embargo, ni Putin ni el resto de líderes contaron con «la ayuda de Dios a Ucrania» ni «la resiliencia y el espíritu inquebrantable» de sus ciudadanos.

«La resistencia de las Fuerzas Armadas de Ucrania y de su pueblo lograron parar a los agresores, destruir sus planes y liberar una parte importante del territorio de la ocupación rusa», celebra el consejo. Aunque no pasa por alto el precio pagado y apunta que «la agresión de Rusia contra Ucrania», iniciada en 2014 con la anexión de Crimea, «ha causado enormes sufrimientos». Cita «la muerte de cientos de miles de personas», «brutales violaciones de derechos humanos» y, en zonas ocupadas como el Dombás, también «de la libertad religiosa».

«Honramos la memoria de cada defensor»

El Consejo panucraniano expresa su «gratitud a los soldados» que se han mantenido firmes en el territorio y pide a Dios que los bendiga, así como también a los fallecidos. «Honramos la memoria de cada defensor que ha sacrificado su vida y pedimos a Dios que sostenga y consuele a cada familia que ha sufrido las consecuencias de la guerra». Agradece a «las organizaciones de voluntarios, la sociedad civil y cada ciudadano» su apoyo. Y valora especialmente «a los socios internacionales y las diferentes Iglesias» que han denunciado los crímenes que han sufrido.

Dirigiéndose al pueblo, los líderes religiosos lo animan a «mantenerse valiente». «Le pedimos no rendirse por el cansancio ni por la indignación por los problemas internos». Y le invita a «avanzar juntos hacia una gran victoria y una paz justa», es decir, que no se limite a la cesión de territorios para poner fin al conflicto.

Pero a pesar de este texto redactado en tiempos de guerra contra un enemigo externo, los ucranianos se miran también a sí mimos. Emplazan a «los líderes políticos y las figuras públicas que adopten todas las medidas necesarias para prevenir la discordia interna, contrarrestar la corrupción y preservar la libertad religiosa».

Finalmente, solicitan a la comunidad internacional y a los líderes religiosos de todo el mundo a «continuar en su esfuerzo por proteger Ucrania de la agresión rusa». Y exigen «la vuelta a Ucrania de los niños, los civiles y los prisioneros de guerra deportados ilegalmente a Rusia».