Las denuncias de violencia anticristiana en la India se duplican desde 2014
En lo que va de año, se han registrado 275 ataques contra cristianos en la India, cuando hace cinco años fueron 147. Los representantes de esta minoría vinculan el aumento de la violencia con el ambiente hostil promovido por el nacionalismo hindú, que se aprovecha entre otros factores de las leyes anticonversión
Los ataques contra los cristianos están al alza en la India, hasta el punto de haber podido duplicarse en solo cincos años. Esta es, al menos, la tendencia que recogen el Foro Cristiano Unido (UCF, por sus siglas en inglés) y la Alianza para Defender la Religión (ADF), que cuentan con una línea telefónica para recoger denuncias de este tipo.
En los primeros diez meses de 2019, el equipo que atiende el teléfono recibió 275 denuncias. Esto supone una media de 27 al mes, casi un tercio más que el año anterior, cuando la media mensual fue de 20. De seguir la tendencia y superar los 300 ataques en lo que queda de año, su número se habrá duplicado en cinco años, pues en 2014 el UCF y la ADF registraron 147 episodios violentos.
Violencia… y silencio
En los incidentes denunciados fueron heridos 145 mujeres y 106 niños, recoge Fides. Solo en 32 de los casos se presentó una denuncia. «Esto demuestra la comprensión tácita entre los autores de la violencia y la Policía, que obviamente está patrocinada por los líderes o funcionarios locales. A veces el no presentar denuncia se debe también al temor a represalias», ha explicado a Fides A. C. Michael, activista católico y exmiembro de la Comisión de Minorías del estado de Delhi.
Algunos de los ataques más recientes fueron la interrupción de la liturgia y la profanación de la Eucaristía, la Biblia y otros artículos religiosos en Madhya Pradesh el 18 de octubre, a manos de un grupo extremista hindú, o el negar a una familia cristiana del estado de Jharkhand el acceso a los servicios básicos de su aldea, una denuncia presentada el 13 del mismo mes.
La relación con las leyes anticonversión
Otro incidente reciente y muy significativo es el ocurrido el 22 de octubre en Gujarat, cuando un grupo de unas 35 personas interrumpió la reunión pacífica de una comunidad protestante, que estaba rezando, e hirió de gravedad al pastor, acusándolo de conversiones fraudulentas.
Incidentes de este tipo alimentan la inquietud de las entidades cristianas y de otras religiones sobre el ambiente hostil y en ocasiones violento contra las minorías que suscitan las leyes para prevenir la conversión forzosa a otra religión.
Estas leyes ya existen en diez de los 28 estados de la India (Madhya Pradesh, Odisha, Arunachal Pradesh, Tamil Nadu, Gujarat, Rajasthan, Chhatisgarh, Jharkhand, Himachal Pradesh y Uttrakhand), incluyendo aquellos donde se produjeron los episodios de violencia mencionados arriba.
La caridad, en el punto de mira
Y pronto podría aprobarse una similar en Uttar Pradesh, que con sus 200 millones de habitantes es el estado más poblado del norte del país y uno de los que tiene menos población cristiana (0,38 %, frente al 2,5 % de media nacional).
Tal como informa UcaNews, la Comisión Legal del Estado envió la semana pasada al presidente estatal, Yogi Adityanath, la proposición de Ley de Libertad Religiosa, acompañada de un informe en el que se sugería su aprobación.
«Es una cuestión preocupante, aunque sea solo una propuesta, porque puede usarse mal por los grupos mayoritarios contra las minorías», ha denunciado monseñor Gerald John Mathias, obispo de Lucknow. «Cualquier trabajo caritativo que hagamos pueda interpretarse como una seducción para convertirse». El texto propuesto contempla penas de hasta siete años si el converso es menor de edad o miembro de alguna tribu o de las castas más bajas.
En realidad, «la Iglesia católica no promueve las conversiones, y hasta ahora no hay ningún registro de ninguna conversión en la que la Iglesia haya estado implicada en Uttar Pradesh».
Este estado, al igual que el Gobierno nacional indio, está en manos del partido Bharatiya Janata Party (BJP), que está vinculado a la organización nacionalista hindú Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS).
En libertad tras once años en prisión
Uno de los episodios más tristemente célebres de violencia contra los cristianos en la India fue la oleada de ataques en Orissa en 2008. 120 personas fueron asesinadas y 40 mujeres violadas. Se quemaron o arrasaron 8.000 casas de 415 pueblos y se derribaron 300 iglesias. Los ataques obligaron a 56.000 personas a dejar sus hogares.
El desencadenante fue el asesinato del gurú hindú Laxamananda Saraswati. Aunque su muerte fue reivindicada por un grupo maoísta, grupos nacionalistas hindúes culparon a siete cristianos. Condenados a cadena perpetua en 2013, todos han sido ya puestos en libertad bajo fianza por el Tribunal Supremo de la India. En mayo fue liberado Gornath Chalanseth; en julio, Bijaya Sanaseth. Y esta semana se ha anunciado la liberación de los cinco restantes: Bhaskar Sunamajhi, Buddhadev Nayak, Durjo Sunamajhi, Sanatan Badamajhi y Munda Badamajhi (que tiene discapacidad intelectual).