Las concepcionistas franciscanas de León se reciclan para hacer turrones
Las religiosas acuden al repostero Alberto Pérez Prada para que les enseñe recetas de Navidad. «No salíamos de la crisis y nos hemos tenido que buscar recursos para salir adelante», dice la superiora
El convento de las concepcionistas franciscanas en León se ha dedicado tradicionalmente a la fabricación de formas para la Eucaristía, «pero la crisis del coronavirus nos ha golpeado muy fuerte. Hay mucha competencia y nos hemos tenido que buscar recursos para poder salir adelante», afirma sor Mari Nuri, la superiora de la comunidad.
Después de muchas dificultades incluso para pagar la factura de la luz y hacer frente a los gastos más básicos, han optado por una solución valiente: aprender a hacer repostería, de la mano del chef Alberto Pérez Prada, toda una institución en León.
«Lo conocía un amigo de la comunidad y nos lo presentó. Es un hombre creyente que nos está ayudando mucho», dice la superiora.

La comunidad no tenía experiencia previa en repostería, «por eso quisimos estar bien asesoradas para empezar esta aventura. Con unas clases nos está aconsejando en todo el proceso de elaboración de los dulces». Y así, de la mano de Alberto Pérez Prada entran en el mundo de la cocina de convento.
Estos días, las monjas están aprendiendo a hacer turrones, polvorones y mazapanes, y «ya tenemos muchos encargos, porque la gente de León es muy generosa y nos está ayudando mucho. Él nos pide los ingredientes que necesitamos y nosotras hacemos todo lo posible por aprender. Estamos encantadas», sonríe sor Mari Nuri.
La superiora cuenta también que en el convento «somos seis las extranjeras que tenemos que cotizar, y como no alcanzábamos para vivir nos hemos tenido que poner las pilas. Esperemos que la gente nos ayude, el pueblo de León es muy colaborador».