Desapercibida en la cartelera encontramos esta película, pequeña y barata de producción, pero que sorprende positivamente por varios motivos. En primer lugar, resalta la sencillez pero originalidad del argumento, cuyo guion, curiosamente, está escrito por los dos actores que protagonizan el filme, Mark Duplass y Natalie Morales, que es, además, la directora. Adam es un hombre gay de unos 45 años cuya pareja le regala por sorpresa un curso de español online. Se trata de 100 clases, una a la semana, y son más bien de perfeccionamiento, ya que Adam aprendió el español en México cuando vivía allí, pero ya lo tiene muy olvidado. La profesora es una cubana que vive en Costa Rica, que se llama Cariño, un mote que le pusieron cuando era pequeña. Así que, superada la sorpresa inicial de Adam, que no esperaba tan extraño regalo, comienzan las clases online. La relación telemática profesora-alumno es desenfadada, pero muy correcta y profesional. Las conversaciones poco a poco les permiten ir conociéndose mutuamente. Pero una mañana, al conectarse, Adam le comunica a Cariño una terrible noticia: su pareja ha muerto esa noche en un accidente de coche. A partir de ahí las clases dan un giro, y lo personal va colándose cada vez más en la comunicación entre ambos. Pero nada es lo que parece en una relación telemática, ¿o sí?
Otra particularidad del filme es que lo único que vemos en pantalla coincide con lo que aparece en la pantalla del ordenador o de la tablet durante la clase. Este recurso narrativo ya lo habíamos visto en varias películas de terror o suspense como Searching (Aneesh Chaganty, 2018), Host (Rob Savage, 2020) o Eliminado (Levan Gabriadze, 2014), entre otras. Pero nunca en una película de género dramático o romántico. Ciertamente, esta forma de contar empobrece el lenguaje cinematográfico, que se ve muy limitado, y al espectador le puede resultar difícil entrar en la película, pero puede ser exitosa bien si, y solo si, cuenta con un excelente guion. Y maravillosamente interpretado. Como es el caso.
Estamos acostumbrados a películas que nos advierten de los peligros de internet y de la despersonalización que conlleva la digitalización del mundo. Pero esta, en cambio, nos habla de las cosas buenas que nos pueden traer las pantallas de un dispositivo digital, como la posibilidad de un encuentro humano verdadero, que naturalmente no llegará a ser pleno hasta que la virtualidad dé paso a la presencia.
El hecho de que el protagonista sea gay y esté casado con otro hombre no debe hacernos pensar que estamos ante una película de adoctrinamiento de género. Al contrario, la orientación sexual de Adam pone de relieve que su interés por Cariño no responde más que a un afecto puro, desinteresado, sincero, que no busca una relación romántica o íntima. Y es que el filme es eso: un canto a la amistad verdadera, entregada y generosa, un elogio de la preocupación por el otro, una preocupación gratuita, espontánea, que nace del regalo de un encuentro prácticamente casual.
Natalie Morales
Estados Unidos
2021
Drama
+12 años