La vocación no es exclusiva de consagrados
El Servicio de Pastoral Vocacional de la CEE incidirá en la familia. Si crecen los matrimonios católicos, dicen, crecerán las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada
Fue en el Concilio Vaticano II, en 1965, donde se lanzó la idea de la llamada universal a la santidad. Sin embargo, todavía hoy, en el imaginario de la sociedad —y también en el de la Iglesia— cada vez que se utiliza la palabra vocación, quizá nos viene a la cabeza la imagen de un sacerdote o una religiosa. Esta idea, con sus propias palabras, la expresó el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, en un encuentro con periodistas para presentar el nuevo Servicio de Pastoral Vocacional de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que aspira a cambiar esta asociación de conceptos. El objetivo del organismo es, precisamente, este: que la sociedad deje de pensar en la vocación como algo exclusivo de las personas especialmente consagradas y se genere una cultura vocacional en todos los fieles. Convencernos de que, «en la Iglesia, cuando hablamos de vocación, no solo hablamos de curas o monjas, sino que también nos referimos al laicado y al matrimonio y la familia», subrayó el exsecretario general de la CEE, que es el coordinador del servicio.
En la práctica, el proyecto —en el que participan las comisiones episcopales del Clero y Seminarios; Vida Consagrada; Laicos, Familia y Vida y Misiones, así como Obras Misionales Pontificias, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) y la Conferencia Española de Institutos Seculares (CEDIS)— se dedicará a «la sensibilización, la formación y la organización de las habituales campañas en el ámbito vocacional».
La primera de ellas tendrá lugar este próximo domingo, 30 de abril, cuando se celebrará conjuntamente la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas con el lema Ponte en camino. No esperes más. «Antes, por ejemplo, todos los materiales para este día los preparaba la Comisión para el Clero y Seminarios, pero ahora hemos participado el resto de los miembros del servicio», explica a Alfa y Omega Luis Manuel Romero, secretario de la Comisión para los Laicos, Familia y Vida, que subraya el «carácter sinodal, en línea con el Papa», de esta nueva organización.
Más allá de estas jornadas, el organismo está trabajando también en un congreso nacional —todavía sin fecha en el calendario, pero previsto para el curso 24/25— que ahondará en esta idea de la vida entendida como vocación y que tendrá un formato similar al Congreso de Laicos, celebrado en Madrid en febrero de 2020. «Al igual que este último evento, que está dando muchos frutos, la idea no es hacer un acto puntual, sino que se inicie un proceso de sensibilización que vaya implantando esta cultura vocacional», añade Romero.
La esperanza de la Conferencia Episcopal es que, cuando esta idea se vaya asentando, crezcan las vocaciones al matrimonio y la familia y, como consecuencia de ello, las de especial consagración, como son el sacerdocio o la vida consagrada, «surjan como fruta madura» —en palabras de Argüello— y se recuperen de la dinámica descendente en la que se encuentran durante los últimos años.
Cabe recordar que en la actualidad tan solo hay 974 jóvenes en España que se preparan para recibir el sacramento del Orden Sacerdotal. Se trata de la peor cifra desde que hay registros. Una situación en la que ha influido, según explicó en su momento la Subcomisión Episcopal para los Seminarios, «la secularización y la falta de compromiso por parte de no pocos jóvenes, que también se reflejan en otros datos estadísticos, como el número decreciente de matrimonios, tanto civiles como eclesiásticos».