La vida de Yamiled costó 10.000 euros
La historia de esta mujer valiente, asesinada por denunciar a su proxeneta, ha sido reconocida con un Goya al mejor corto documental
Desde el año 2000, 47 mujeres en situación de prostitución han sido asesinadas. 29 de ellas por los propios consumidores de sexo. Como Adriana. Nadie la volvió a ver por el polígono Marconi hasta que, tras cinco meses sin noticias de ella, hallaron su cuerpo dentro de la funda de un colchón arrojado a un descampado. Adriana tenía cincuenta y pocos y una hija que la buscaba desesperadamente. Porque las prostitutas también son madres.
El resto han sido asesinadas por sus proxenetas. Como la joven brasileña Leticia Peres Mourao, una testigo protegida por tener la valentía de acusar a sus explotadores, pero, curiosamente, con sus proxenetas en la calle. Un sicario se hizo pasar por su enamorado y en una cita le pegó un tiro en la nuca. Mónica, rumana, se lanzó desesperada a las vías del tren en Cantabria. El mafioso al que le debía dinero y la vida tenía localizado a su hijo. Julia, dominicana y amiga en la adversidad, acabó despedazada por el convoy al intentar sujetar a la madre desesperada.
Y al igual que ellas, Yamiled. Cuya vida costó 10.000 euros y en la que se ha detenido la cineasta Mabel Lozano, rostro televisivo que ha consagrado su vida a la denuncia de la explotación de las mujeres en nuestro país. El cortometraje que hace honor a la vida de esta mártir, Biografía del cadáver de una mujer, se llevó el sábado el Goya al mejor corto documental. Este reconocimiento ha puesto nombre a esta invisible, cuyo hijo sobrevive en el País Vasco a las secuelas de haber visto con sus ojos de niño cómo dos hombres con peluca morada y gafas de sol grandes asesinaron a tiros –no uno, ni dos– a su madre al acudir a una supuesta cita para realizar una sesión de estética. Tenía 14 años. No murió porque se atascó la pistola del sicario.
Modelo, llegó a vivir entre pasarelas de París, Tokyo o Milán y, a finales de los 90, dio el salto a la televisión. Pero en 2007, tras estudiar cine social, comenzó su carrera como documentalista. Su primer largometraje fue Voces contra la trata de mujeres.
En 2015 estrenó Chicas nuevas 24 horas, y en 2017 publicó El proxeneta, la historia real de un tratante de mujeres arrepentido.
«Quiero que quede muy claro que Yamiled realizó el acto de generosidad y bondad más impresionante que he escuchado en los últimos tiempos», enfatiza Lozano. Llegó en 2001 a España huyendo de la violencia de su pareja en Colombia. Vino con una oferta de trabajo en una fábrica de seda, pero ya en el coche que la recogió en Barajas la violaron. Y de ahí, al puticlub en el que estuvo años para saldar la deuda contraída con su explotador. Pero logró escapar del club y, gracias a su testimonio, se consiguió descubrir el entramado alrededor de un explotador de mujeres de Navarra.
Fue juzgado y condenado a 18 años de prisión, y fue el autor intelectual del asesinato de Yamiled y de otras mujeres que habían declarado en su contra. Lo más sangrante es que «el dinero para los asesinatos —fraguados desde prisión con total impunidad— lo sacaba de su club, que seguía abierto mientras él estaba en la cárcel», denuncia Lozano. Ella «había rehecho su vida, tenía un marido español, había montado una empresa de estética. Esa mujer no tenía necesidad de denunciar. Lo hizo por generosidad, por solidaridad hacia otras mujeres, para que no pasaran por lo mismo que pasó ella».
«Pienso mucho en ella. La recuerdo siempre a mi lado», dice su huérfano. Llora frente a la cámara, es la primera vez que se sincera. Dice diez años después que no soporta la losa de no haber protegido a su madre, como ella siempre hizo con él. Mientras el hombre prematuro se deshace, las máquinas de hacer dinero siguen abiertas.
Mabel Lozano
España
2019
Documental