Movistar + ha estrenado la que, muy probablemente, sea la mejor serie española del momento, al menos técnicamente hablando. La Unidad es un brillante thriller policíaco que gira en torno al resbaladizo tema del terrorismo yihadista. Lleva las firmas de Dani de la Torre (El desconocido, La sombra de la ley) y Alberto Marini (Feedback) y de un puñado de actores, entre los que destaca una sobresaliente Natalie Poza, aunque, como pide el propio título de la serie, hay un buen despliegue coral de talento que logra mantener la imprescindible unidad en la diversidad. Cuenta con una magnífica producción, que nos lleva sin tregua por numerosos rincones de la geografía española (Madrid, Barcelona, Melilla, Figueras, Galicia…) y del extranjero (Tánger, Nigeria y Toulouse).
Es muy dura y presume de ser una dosis de cruda realidad. Hay escenas, como las del atentado en la Gran Vía madrileña, en las que es complicado sostener la mirada. Por eso, aunque aparece recomendada para mayores de 13 años, puede más bien ser un medio excelente para el diálogo y la reflexión a partir de jóvenes-adultos.
Entre sus mayores aciertos están el que te atrape de tal manera que haya que resistirse a ese consumo compulsivo de un capítulo tras otro, que ahora llaman binge-watching; que bascule sobre la importancia del trabajo en equipo; que no caiga en la tentación de identificar yihadismo con islam, pero que, al tiempo, tampoco peque de ingenuidad ni simplismo narrativo. En el debe hay que colocar que, al menos de momento, no hayan sabido mostrar el hecho religioso como factor de cohesión social, que tanto aporta al bien común. Su incursión en el catolicismo, desde un punto de vista meramente ritual, a propósito de la Primera Comunión de una de las hijas de los protagonistas, es, por decirlo suavemente, muy mejorable.
La serie consigue un notable en solo seis capítulos, de aproximadamente 50 minutos de duración cada uno, que ya han dejado hábilmente algún cabo suelto para ir preparando la segunda temporada. Habrá que ver si para ello tiran de los mejores hilos o si deshacen la unidad lograda y dejan al aire sus costuras más gruesas.