No es frecuente en nuestro tiempo la elaboración, y posterior publicación, de una obra teológica que ofrezca una visión unitaria y de conjunto de la inteligencia de la Revelación; tampoco que sea lo suficientemente pedagógica como para que preste un servicio inmediato a la formación, no sólo a quienes se dedican al estudio de la teología, sino también al pueblo de Dios. Bien es cierto que una obra de esta naturaleza requiere de una vida dedicada a ella, con lo que se convierte en testimonio cualificado de una trayectoria académica y de docencia en la que la articulación pedagógica de los tratados clásicos de la teología se ofrezca de forma atractiva. No pocos teólogos -y no poca teología- se han sentido fascinados por la especialización, que no es fragmentación ni reduccionismo, pero que a veces no puede sustraerse a estos síntomas.
Estamos en una época en la que se da la necesidad de respirar el sentido unitario de la teología, tal y como lo previó santo Tomás de Aquino, lo demandó el Concilio Vaticano II (OT, 16-17) y lo urgen los documentos del Magisterio reciente. Esta perspectiva unitaria no es sólo una reivindicación de método, es una apuesta por la unidad interna del acto del fe y por la sinfonía de lo que se cree. Formaría parte de lo que pudiéramos denominar nueva apologética, una forma de dar respuesta adecuada a las impugnaciones que se hace a la teología desde la cultura contemporánea.
De algunos grandes teólogos postridentinos se decía que quien conocía un día de su vida conocía todos. La dedicación y el esfuerzo oculto que requiere el trabajo teológico, en respuesta a su vocación y a su misión, no cotiza al alza en el espectáculo mediático y en el calor del aplauso de la prensa y del público. La Teología dogmática en dos volúmenes que acaba de publicar la BAC, en una nueva y ya perceptible estrategia editorial, del profesor Aurelio Fernández, es una mano tendida no sólo a la articulada formación de las nuevas generaciones de sacerdotes, sino a la conciencia cristiana. Tiene este libro, como tenía su edición referente de la BAC maior, el valor de su claridad expositiva, de la valentía a la hora de afrontar adecuadamente los problemas primeros y últimos, y de su profundo sentido de verdad y de clarificación a la hora de dialogar teológicamente con los autores contemporáneos. Es posible que al profesor Aurelio Fernández se le haya conocido más en el ámbito de la renovación de la teología moral. Pero lo que ahora nos encontramos con esta dogmática global es un argumento para ratificar que un buen teólogo lo es porque tiene una visión de conjunto que fecunda la parcela concreta de su saber. Con una peculiar decisión de comenzar el estudio de la dogmática por la Cristología, después de la Introducción a la Teología, esta Dogmática nos ofrece las siguientes materias: en el primer tomo, las ya referidas más el tratado de Trinidad, la Pneumatología y la Mariología. En el segundo, los tratados de Creación, Antropología, Eclesiología, Sacramentos y Escatología. Una obra, ahora actualizada, en dos volúmenes, que no ocupa espacio en los estantes de nuestra librería.
Aurelio Fernández
BAC
2012
800
22,84 €