La UIC aborda el acompañamiento familiar: «Debemos adaptarnos al lenguaje de las familias de hoy»
Más de 500 participantes de 50 países de todo el mundo se dan cita en la Universidad Internacional de Cataluña para hablar sobre familia e intercambiar iniciativas de buenas prácticas
En el contexto del Año de la Familia Amoris laetitia proclamado por el Papa Francisco, el Instituto de Estudios Superiores de la Familia de la Universidad Internacional de Cataluña organiza desde este viernes hasta el domingo el I Workshop Internacional sobre Acompañamiento Familiar.
«Es un workshop, no un congreso –aunque tiene su parte teórica–, porque nos hemos dado cuenta de que el acompañamiento a las familias debe ser algo práctico y real, relacionado con su vida de cada día», afirma Pilar Lacorte, subdirectora de Docencia en el Instituto de Estudio Superiores de la Familia de la UIC, para quien «hoy es preciso crear redes de contacto entre profesionales que se dedican a este campo».
Por eso, «aunque como universidad nuestro trabajo principal es la investigación y la formación, queremos hacer hincapié en que en los últimos años quizá no se está ayudando a las familias con eficacia, que la manera de estar a su lado no se corresponde con sus necesidades reales», añade.
Por eso, la iniciativa de la UIC abordará el mejor modo de llegar a ellas «en los cuatro ámbitos donde las familias ponen su confianza cuando empiezan a tener dificultades: los gabinetes profesionales de matrimonio y familia; la escuela, que tiene una gran capacidad de ayuda y nos hace redescubrir que los padres somos los protagonistas de la educación de nuestros hijos; la pastoral eclesial, a la que acuden en busca de acogida muchas familias cristianas cuando tienen dificultades; y las redes sociales, que tienen un gran potencial de acompañamiento especialmente hacia la gente joven».
En este sentido, acompañar hoy a las familias «no es más fácil ni más difícil que antes. La sociedad es la que es, ni es mejor ni es peor, el problema está en querer acompañar con herramientas que no se corresponden a la realidad de las familias actuales ni a su comprensión», afirma Lacorte.
Así, menciona por ejemplo que «no podemos ayudar apelando a la voluntad de una generación que se mueve por los afectos». De ahí que «debemos entender primero cómo es nuestra cultura y tener una antropología práctica. La familia no es un montaje cultural, sino que tiene sus raíces en cada uno de nosotros. Solo tenemos que adaptarnos al lenguaje de las familias de hoy».
Como conclusión, Pilar Lacorte insiste en una intuición fundamental: «Acompañar es algo que podemos y debemos hacer todos. Hoy el desafío es que sean las propias familias las que acompañen a otras familias».