«La tierra maltratada clama, y sus gemidos se unen a los de todos los maltratados de mundo»
Manos Unidas ha recibido con entusiasmo y con sentido de responsabilidad la nueva encíclica del papa Francisco, Laudato si, sobre el cuidado de la casa común, hoja de ruta que impulsará el trabajo de la organización y animará el análisis sobre la realidad social que vivimos en la actualidad
Manos Unidas ha recibido con entusiasmo y con sentido de responsabilidad la nueva encíclica del papa Francisco, Laudato si, sobre el cuidado de la casa común, hoja de ruta que impulsará el trabajo de la organización y animará el análisis sobre la realidad social que vivimos en la actualidad. La encíclica, y en general todo el Magisterio Social de la Iglesia, nos guiará en el análisis, denuncia y propuesta de acciones concretas para que todas las personas, preferentemente las más pobres, puedan vivir dignamente.
En la encíclica Laudato si, el Papa expone con fuerza la preocupación compartida sobre la degradación que sufre el medio ambiente, la casa común, nuestra madre y hermana, con la que compartimos la existencia; una tierra maltratada que clama, y cuyos gemidos se unen a los de todos los maltratados de mundo.
A lo largo de las 192 páginas, Francisco llama la atención sobre la íntima unión que existe entre la degradación ambiental y la degradación humana. El lenguaje del Papa es directo y particularmente incisivo. Nos exige que reconozcamos nuestra responsabilidad directa en esta degradación. No podemos vivir sin tener en cuenta que nuestro modo de consumir afecta directamente a los más vulnerables, cuyos rostros no nos atrevemos ni a mirar.
Para entender nuestra responsabilidad en la edificación de esta casa común, en la que todo (ambiente, economía, cultura, ética y espiritualidad) está relacionado, como indica el Santo Padre, necesitamos redescubrir el principio y sentido último de nuestro papel en la Creación: el amor de Dios, del que procede todo lo creado como un don para todos. Don del cual no podemos disponer como si fuera de nuestra propiedad absoluta.
Manos Unidas comparte la denuncia del Papa sobre el exagerado antropocentrismo de nuestra cultura, el cual deriva en una lógica de usar y tirar, que justifica todo tipo de descarte; una lógica que condiciona la vida de las personas y el funcionamiento de la sociedad, que construye una economía basada en rédito, sin mirar a las personas, que sobrevalora las capacidades del mercado para autorregularse, y que conduce a la explotación infantil, a la trata de seres humanos, al expolio de los recursos, sin tener en cuenta su destino para todos, y al descarte de los que no interesan.
Manos Unidas asume la llamada de Francisco para contribuir, desde nuestro trabajo, a la renovación cultural basada en una conversión ecológica integral, que parta de «una mirada distinta, un pensamiento, una política, un programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad que conforme una resistencia ante el avance del paradigma tecnocrático». (LS, 111).
Laudato si nos invita a abrir espacios de diálogo que rompan con la falta de decisión política, y que permitan llegar a acuerdos sobre los regímenes de gobernanza mundial, para acabar con todo tipo de corrupción, y hacer valer, en definitiva, la dignidad de cada persona.
Desde Manos Unidas queremos generar un cambio en los estilos de vida que, «dibujados por pequeños gestos cotidianos, rompan la lógica de la violencia, del aprovechamiento, y del egoísmo» (LS, 230) para acabar con la pobreza y el hambre en el mundo.
Las personas y el planeta primero. Conferencia en Roma
La presidenta de Manos Unidas, Soledad Suárez, participará, los próximos 2 y 3 de julio, en la conferencia Las personas y el planeta primero: es imperativo cambiar el rumbo, organizada por el Consejo Pontificio Justicia y Paz y CIDSE, la alianza de organizaciones católicas para el desarrollo de la que Manos Unidas es la única ONG española miembro.
Este encuentro servirá para profundizar en el contenido de la encíclica Laudato si, extraer de ella las directrices que marcarán el día a día del trabajo de las 17 organizaciones de CIDSE, y tomar decisiones clave para la incidencia política en tres importantes citas internacionales: la reunión sobre financiación para el desarrollo de Addis Abeba; la Asamblea General de Naciones Unidas para aprobar los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible en septiembre; y la reunión en París en diciembre (COP21) para llegar a un acuerdo sobre el Cambio Climático Mundial.
Además, servirá para ofrecer al mundo un mensaje enérgico que insista en la necesidad de hacer un cambio, de forma urgente, hacia estilos de vida sostenibles y e impulsar economías que trabajen por el bienestar del planeta y sus habitantes. Todo ello desde la visión que relaciona, de forma inseparable, el cuidado de la Creación, el desarrollo humano integral, la justicia global y la preocupación por los más pobres bajo el prisma de la Doctrina Social de la Iglesia.
Finalmente, durante la conferencia Las personas y el planeta primero, las organizaciones presentes ajustarán sus líneas de trabajo actuales para que los socios locales del Sur, y las organizaciones que reciben la financiación desde el Norte, tengan un mayor apoyo y una mayor presencia, no solo en estos procesos, sino en la agenda internacional.