La teología encara el abuso - Alfa y Omega

«Estamos huyendo de esta realidad». Hans Zollner, SJ, director del Centro para la Protección de Menores de la Pontificia Universidad Gregoriana y miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, era tajante en su visita a la Universidad Pontificia Comillas en 2019, donde se preguntaba por qué la teología no estaba abordando este tema como trató de responder a situaciones dramáticas en otros momentos de la historia. De hecho, el Simposio Teología y Abuso que organizó la Conferencia Episcopal de Estados Unidos en 2015 constató la ausencia de un pensamiento teológico sobre esta cuestión.

Hay suficientes elementos para afirmar que lo que, en un principio parecían casos aislados, es un problema global. Por eso, el Papa ha dado prioridad a este drama, instando a la Iglesia a abordarlo «a todos los niveles». Se reconoce que estamos ante un problema sistémico tanto a nivel social como intraeclesial. No hay excusas para rehuirlo.

La teología debe contribuir, desde su compromiso con la verdad, a detectar la particularidad del abuso en la Iglesia, especialmente cuando una figura religiosa lo comete o ampara, y los modos de proceder que trasmiten una imagen distorsionada de Dios. ¿Qué se nos cuela en la presentación de la fe que puede favorecer manifestaciones abusivas? ¿Qué se nos está escapando en la formación teológica y espiritual o en el lenguaje religioso que está contribuyendo al abuso de poder, del que el abuso sexual es una de sus consecuencias más dramáticas?

Enmarcado en el plan que la provincia jesuita de España ha puesto en marcha para abordar los abusos junto a las áreas jurídica, de comunicación y de entorno seguro, el proyecto de investigación Jordán (llamado así por sus connotaciones de conversión y esperanza) busca responder a estas preguntas desde la reflexión teológica. Se trata de un equipo multidisciplinar, en su mayoría mujeres, procedentes de las distintas instituciones universitarias de la Compañía de Jesús en España (UNIJES), que incluye la construcción y participación en una comunidad de diálogo nacional e internacional en la que contrastar y compartir pareceres sobre esta problemática que nos atañe a todos.