La Santa Sede reclama en Ginebra un «esfuerzo global» ante la debacle humanitaria en Etiopía
Fenómenos meteorológicos como El Niño han exacerbado la sequía
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), que depende de la ONU, alertó a principios de febrero de la peligrosa situación en Etiopía, donde más de 20 millones de personas dependen de ayudas para comer, y apenas un tercio de ellas la recibe. El epicentro de la crisis humanitaria —que ha dejado más de 4,4 millones de desplazados internos y más de un millón de refugiados— está en la región de Tigray, la más septentrional del país, marcada por una implacable sequía —exacerbada por fenómenos meteorológicos como El Niño— y por los estragos de una guerra, que comenzó en 2020, y en la que se multiplican las masacres de civiles y las violaciones en grupo.
La prolongada ausencia de lluvias ha provocado la devastación de cultivos y ganado, intensificando los ya elevados niveles de grave inseguridad alimentaria. Así lo puso de manifiesto la Comisión Etíope de Gestión del Riesgo de Desastres y el Coordinador Residente y de Asuntos Humanitarios de la ONU a principios de mes. Además, los índices de desnutrición han aumentado debido a la falta de acceso a alimentos. La sequía también ha provocado una grave escasez hídrica que también ha empeorado las condiciones higiénicas. Como consecuencia, se ha producido un repunte de la malaria, el sarampión y el cólera entre las comunidades con menor capacidad de recuperación.
De julio a diciembre de 2023, más de 7,3 millones de personas recibieron ayuda alimentaria por parte del gobierno. Desde mediados de diciembre, organismos como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y los Servicios Católicos de Socorro han proporcionadAntiguo observador de la Santa Sede ante la ONU: «Las armas atómicas dejarían el planeta desierto»o ayuda a otras 6,5 millones de personas en las principales zonas de emergencia. Sin embargo, la Comisión Etíope de Gestión del Riesgo de Desastres y el Coordinador Residente de Asuntos Humanitarios de la ONU advirtió de que, si no se intensifican tanto las operaciones humanitarias como el apoyo económico de los donantes, la situación empeorará pronto.
La Red de Sistemas de Alerta Temprana contra la Hambruna también alertó sobre la creciente inseguridad alimentaria en Etiopía. Actualmente hay cuatro millones de personas en riesgo de emergencia alimentaria en cinco regiones de Etiopía.
En su intervención en la Conferencia sobre la situación humanitaria en el país africano celebrada en Ginebra, el Representante Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, el arzobispo Ettore Balestrer, ha instado a la comunidad internacional a ofrecer un apoyo «inquebrantable» para el país africano y a lograr un esfuerzo global «para aportar seguridad, estabilidad y paz» como respuesta a las necesidades humanitarias de Etiopía, según ha señalado Vatican News.