La Santa Sede reafirma la «inviolabilidad» del secreto de confesión
El Vaticano sale al paso de propuestas como el proyecto de ley chileno o las recomendaciones de la Royal Comission Australiana que piden eliminar el secreto de confesión en casos de abusos, y lo hace través de un documento emitido este lunes por la Penitenciaría Apostólica, en el que recalca que una ley que pretenda «forzar la inviolabilidad del secreto sacramental constituiría una inaceptable ofensa» hacia la libertad de la Iglesia. El cardenal Mauro Piacenza afirma que «el sacerdote no es el maestro de la confesión, sino que actúa en nombre de Dios», por lo que ninguna «acción política o iniciativa legislativa» puede forzar la inviolabilidad del sigilo sacramental
La Penitenciaría Apostólica, al hacer pública la Nota, «tiene la intención de ponerse al servicio de Pedro, de la Iglesia y de todos los hombres de buena voluntad, reafirmando su importancia y favoreciendo una mejor comprensión de tales conceptos que, actualmente, parecen ser en gran parte incomprendidos o incluso, en algunos casos, planteados como opuestos», afirma el cardenal Mauro Piacenza, firmante del documento, en una entrevista a Vatican News.
El cardenal alude a las palabras del Papa Francisco sobre el sacramento de la Reconciliación, el pasado 29 de marzo, quien afirmó que «el penitente debe tener la certeza, en todo momento, de que la conversación sacramental permanecerá en el secreto de la confesión, entre su propia conciencia, que se abre a la gracia de Dios, y la necesaria mediación del sacerdote. El sigilo sacramental es indispensable y ningún poder humano tiene jurisdicción sobre él, ni puede reclamarlo».
En este contexto, insiste Piacenza, «la Penitenciaría Apostólica considera urgente recordar, ante todo, la inviolabilidad absoluta del sigilo sacramental, que se basa en la ley divina y no admite excepción alguna. El sacerdote confesor, actuando in persona Christi capitis, aprende de los pecados del penitente «no como hombre, sino como Dios», según una conocida expresión de santo Tomás de Aquino. Por esta razón, está llamado a defender el secreto del contenido de la confesión no solo por «lealtad» al penitente, sino, más aún, por respeto a la santidad del sacramento».
No justifican los casos de abuso
La nota subraya que «el secreto de la confesión no es una obligación impuesta desde fuera, sino una exigencia intrínseca del sacramento y, como tal, no puede ser disuelto ni siquiera por el mismo penitente. El penitente no habla al hombre confesor, sino a Dios, así que tomar posesión de lo que es de Dios sería un sacrilegio». Sobre esto recuerda las penas severas contra quienes violen el sigilo sacramental y que están contempladas en el Código de Derecho Canónico.
Eso sí, el documento aclara y especifica «que el texto de la nota no puede ni quiere ser en modo alguno una justificación o una forma de tolerancia para los terribles casos de abuso perpetrados por miembros del clero. Ninguna concesión es aceptable, en el promover la protección de los menores y de las personas vulnerables y para prevenir y combatir todas las formas de abuso, en el espíritu de lo que ha sido constantemente reafirmado por el Papa Francisco y recientemente regulado por el motu proprio Vox estis lux mundi».