La Santa Sede deplora el intento de golpe de Estado en Bolivia - Alfa y Omega

La Santa Sede deplora el intento de golpe de Estado en Bolivia

El nuncio apostólico en Paraguay condenó la irrupción por la fuerza de un grupo de militares en el palacio presidencial durante un discurso en la reunión de la OEA

Victoria Isabel Cardiel C.
Tropas militares en la plaza de Armas de La Paz
Tropas militares en la plaza de Armas de La Paz. Foto: AFP / Aizar Raldes.

Las imágenes del impacto del vehículo blindado este miércoles en la puerta del palacio presidencial de Bolivia, y de la posterior irrupción por la fuerza de un grupo de militares en la sede del Gobierno en La Paz, cortaron la respiración de decenas de miles de bolivianos. La comunidad internacional, incluida la Santa Sede, se apresuró a condenar el intento de golpe de Estado en el país.

Por parte de la Iglesia fue el nuncio apostólico en Paraguay, Vincenzo Turturro, quien unió su voz al resto de países para «deplorar y condenar» el suceso, que deja entrever una complicada situación política y social en Bolivia. Turturro se expresó en estos términos durante su participación en la 54ª sesión ordinaria de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), celebrada en Asunción.

Durante su alocución, el nuncio también subrayó la necesidad de una mayor integración y seguridad para el «desarrollo sostenible de las Américas» que debe tener un «rostro humano», como ha señalado el Papa en diversas ocasiones. «La región —continuó— no puede centrarse en el crecimiento económico sin invertir en el desarrollo integral de cada persona, especialmente de los pobres y vulnerables».

Del mismo modo, recordó que un tercio de la población local «vive en la pobreza». Son precisamente «los más desfavorecidos quienes deben situarse en el centro de la acción responsable para una sociedad más justa y equitativa», reclamó.

Para el nuncio apostólico en Paraguay la inequidad «no es inevitable», pero requiere «voluntad y determinación colectiva», además de la «participación sinérgica en enfoques solidario para las distintas realidades regionales y acuerdos sostenibles que respondan a los intereses de todos y no sólo de algunos».

Por otro lado, focalizó su intervención en la situación que viven los inmigrantes y refugiados en la región y resaltó que las soluciones «deben abordar tanto las causas de los movimientos masivos de población como las necesidades de las comunidades de acogida». Así dejó claro que el camino a seguir consiste en «priorizar las políticas de acogida e integración», buscando el «bien»de la región.