Desde el 19 de abril pasado y hasta el 24 de junio, la ciudad de Turín vivió un hecho de carácter religioso y a la vez muy popular: la llamada «ostensión» o exposición pública del Santo Sudario.
San Juan Pablo II, a propósito del Santo Sudario, que según la tradición envolvió el cuerpo de Jesucristo crucificado, habló de reliquia. Benedicto XVI utilizó la fórmula «icono del Sábado Santo». El Santo Sudario y todo lo relativo a él tiene dos caras: la de la fe y la de la ciencia. No pretendo entrar en las discusiones científicas sobre esta pieza tan sorprendente. Sólo deseo señalar su carácter de reliquia venerable que nos recuerda la Pasión, muerte, sepultura y resurrección del Señor. En este sentido, es de una gran finura teológica la expresión utilizada por Benedicto XVI, eminente teólogo: estamos ante un «icono del Sábado Santo».
La ostensión o muestra de esta reliquia es una manifestación de fe. No olvidemos este aspecto. El Papa Francisco, siempre tan sensible a las manifestaciones de religiosidad popular, se trasladó a Turín a finales de junio.
Para él, además, visitar Turín fue como volver a su casa, porque de la región turinesa partieron sus antepasados hacia Argentina para emprender una nueva vida.
Turín ha vivido este año un segundo acontecimiento religioso: los doscientos años del nacimiento de San Juan Bosco, el santo de los jóvenes, que en esta ciudad del norte de Italia fundó los Salesianos, siempre dedicados a la evangelización de la infancia y la juventud, especialmente de las clases populares.
De esta manera la «ostensión» del Santo Sudario se ha completado con el jubileo salesiano, que incluye una serie de actos que culminarán en un encuentro de jóvenes salesianos este verano. El Papa Francisco también mantuvo un encuentro con los jóvenes en el marco del bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco.
«El Santo Sudario, en este tiempo de crisis, puede dar una fuerza espiritual a muchas personas», ha declarado Monseñor Cesare Nosiglia, arzobispo de Turín y custodio del Santo Sudario. «Es un lienzo de muerte, pero para los creyentes remite a la Resurrección, la victoria del que es el Señor de la vida».
El tema de esta edición de la «ostensión» ha sido «El amor más grande». «Es el amor de Dios –ha explicado el arzobispo- que dio su vida por todos nosotros». El Santo Sudario es la expresión de un misterio de amor y de fe y una incógnita para la ciencia, que quizá un día desvele los muchos interrogantes.