Premio Africa Mundi de periodismo a la revista Mundo Negro

La revista Mundo Negro gana un Premio Africa Mundi

CaixaForum Madrid acogió una gala en la que se reivindicó el periodismo sobre África, un continente en el que hay que ir más allá del «reportaje de cooperación»

María Martínez López
Finalistas y ganadores de los Premios Africa Mundi
Foto de familia con todos los finalistas y los ganadores. Foto: Africa Mundi.

La revista Mundo Negro, editada por los misioneros combonianos, se alzó el pasado miércoles con el Premio Africa Mundi al Mejor Especial sobre África. El galardón se concedió al especial sobre Ghana publicado en mayo del año pasado. El jurado valoró especialmente cómo la revista dedicó «un número entero a cubrir un país desde todos sus ángulos». Y ello en papel, algo ya difícil de encontrar hoy en día.

Recogieron el premio Gonzalo Gómez y Javier Sánchez, los periodistas que se trasladaron al país para su elaboración. «De once números que tiene la revista al año, uno es monográfico dedicado a un país», explicó Sánchez. «Vamos rotando por parejas y este nos tocó a nosotros. Disfrutamos mucho y lo hicimos con cariño, mucho respeto y humildad para contar un puñado de historias». Pero, añadió Gómez, el especial «fue resultado del trabajo en equipo».

Entre los finalistas de los premios, también estuvo presente Alfa y Omega. José Ignacio Martínez era uno de los dos periodistas que optaban al premio a la Mejor Serie por sus reportajes sobre el yihadismo en Cabo Delgado (Mozambique). Uno de ellos lo escribió para este semanario, con el título «Misioneras en las entrañas de la yihad africana». Otros, para medios como El País o Vida Nueva. Finalmente, la ganadora de esta categoría fue Sonia Moreno, por sus reportajes sobre una trama de venta de visados en el consulado de España en Tánger (Marruecos), publicados en El Español.

Rigor y profesionalidad

Se trataba de la segunda edición de los premios que otorga esta publicación online puesta en marcha en 2018 por David Soler Crespo, colaborador de Alfa y Omega, y Soraya Aybar. Pero era la primera gala en realizarse de forma presencial, en el auditorio de CaixaForum Madrid. Soler justificó tanto esta convocatoria como la puesta en marcha de su medio porque «el continente africano históricamente ha quedado relegado en las noticias en España».

También reivindicó que la información sobre África se debe hacer «como sobre cualquier otro, con el mismo rigor, tono y profesionalidad». Por eso, rechazó las coberturas que simplemente se centran en «el reportaje de cooperación», que mira a los africanos desde «una mirada de pobreza y de necesidad de ayuda». Afincado en Kenia, reconoció que ha descubierto que «los temas de política africana no interesan». Pero que sí hay un mercado para analizar otros. Por ejemplo, «los relacionados con el cambio climático, la geopolítica» (por ejemplo la creciente influencia de China) o «el neocolonialismo».

Falta de interés

Antes de anunciar los ganadores, Aybar moderó un diálogo entre dos periodistas y politólogos especializados en la información africana: Ricard González y Elià Borràs. Esta reconoció la falta de interés sobre la región que ella trabaja, el Sahel. Por ello no solo es «complicado» vender reportajes, sino también «hacer un seguimiento» de lo que allí ocurre. «Cuando tengo que escribir siento que casi no puedo explicar lo que está pasando», por ejemplo los golpes de Estado de los últimos años, «sino que me paso todo el tiempo explicando el porqué».

En cuanto a las ventajas, ambos afirmaron que publicando en español tienen más libertad que en francés o inglés, pues a los medios en esos idiomas los controlan más las autoridades. Así, mientras en Burkina Faso «no queda ni un medio francófono», Borràs ha podido continuar su labor. Aunque también puso en valor el trabajo de «los periodistas locales que están haciendo periodismo de investigación muy complicado. Se la están jugando» y, a diferencia de los extranjeros, «no tienen dónde ir» si son perseguidos.

Por otro lado, trabajar en un medio extranjero no garantiza que el trabajo sea bien valorado o tenga más prestigio en un país africano; casi al contrario. «Hay una ola nacionalista antioccidental» que asume que «la verdad debe de ser lo contrario» a lo que publican los medios europeos, explicó González.

Corresponsales en extinción

Otro tema abordado fue la precariedad de los periodistas que hacen coberturas internacionales. Soler había subrayado antes que «el problema es que con la llegada de internet todo se empezó a subir gratis». Esto ha generado en los lectores una falta de costumbre de pagar por buenos contenidos. «Y ha afectado al trato de las empresas a los periodistas», pues funcionan sobre todo con autónomos que trabajan precariamente.

A la pregunta de si creían posible que en el futuro los medios tuvieran sus propios corresponsales en varios países africanos o ante las instituciones panafricanas, tanto González como Borràs subrayaron que la misma figura del corresponsal «está en peligro de extinción. La pregunta sería más bien si dentro de diez años tendrán un corresponsal en Roma», plantó González.

Los demás premiados

Los demás premiados

—Mejor Reportaje a Beatriz Lecumberri, de El País, por «Ruanda: el silencio que esconde las heridas del alma». Analizaba el impacto del genocidio en la salud mental de jóvenes que en muchos casos ni siquiera lo vivieron.

—Premio a la Mejor Cobertura a María Martín, de El País, por su trabajo sobre la situación migratoria en Canarias.

—Premio al Mejor Análisis a Jaume Portell, en Ara, por su pieza «La guerra en Sudán puede dejar al mundo sin Coca-Cola».

—Premio a la Mejor Foto a Juan Luis Rod, de El País, por «La escuela que une la música clásica con los instrumentos tradicionales en Burkina Faso».

—Premio al Mejor Periodista Junior a Martina Andrés, de La Provincia (Las Palmas).

–Premio al Mejor Corresponsal a Marc Ferrà, periodista autónomo que trabaja desde Marruecos.

–Premio Honorífico a Ramón Lobo, fallecido el verano pasado. Lo recogió su viuda, María Ruz.