La respuesta de la vida religiosa - Alfa y Omega

La respuesta de la vida religiosa

Fran Otero
Susana Pradera en la presentación del informe sobre abusos de la Compañía de Jesús. Foto: Compañía de Jesús.

La vida religiosa está respondiendo al drama de los abusos. Hace unas semanas, la Compañía de Jesús presentaba un informe en el que reconocía un total de 118 víctimas —81 menores y 37 adultos— desde 1927. Un estudio que ha servido, según explica a Alfa y Omega Susana Pradera, responsable del Sistema de Entorno Seguro (SES) de los jesuitas, para que las víctimas se hayan sentido reconocidas y escuchadas y para demostrar «que nos lo hemos tomado en serio».

Del mismo modo, han presentado el balance del primer año del SES en la provincia de España, un programa que se apoya sobre tres patas: sensibilización, prevención e intervención. Según detalla, casi todos los colegios ya han recibido formación, igual que el sector social y las universidades. También se ha revisado y ampliado la formación de los propios jesuitas. «Necesitamos que toda la gente se suba al carro. Solo un grupo de personas no consiguen que se dé un cambio de cultura», añade.

En intervención —en el último año han recibido 48 notificaciones de posibles casos—, destaca, además de la atención a las víctimas y el seguimiento de los casos, la puesta en marcha de los Espacios de Escucha, que serán una realidad en de marzo.

Misioneros Claretianos

En la Provincia de Santiago de los Misioneros Claretianos han trabajado durante el último año sobre la base del nuevo Manual y protocolo de protección de menores y personas vulnerables de la congregación a nivel internacional. Así, han renovado su propio protocolo, que fue aprobado en noviembre y va a ser distribuido en marzo.

«Con estas nuevas orientaciones –explican– la provincia fortalece las normas vigentes desde 2017, aplicadas sobre todo en los ámbitos escolar y parroquial. Dicho empeño se plasma en la organización y diseño de espacios y lugares de encuentro, la formación de los educadores y agentes de pastoral, su selección y la supervisión de sus actuaciones, el perfeccionamiento de los canales de denuncia y advertencia, la regulación de redes sociales y comunicaciones. También se acompañan con protocolos específicos las numerosas actividades telemáticas». En este sentido, avanzan a Alfa y Omega, antes de verano tendrán «un equipo de entornos seguros del que formarán parte religiosos y laicos con formación acreditada en varios ámbitos: pedagogía, derecho, acompañamiento, comunicación…».

En el lado de las víctimas, mantienen el diálogo con algunas que padecieron abusos entre los años 70 y 80 y contactaron con ellos en 2019 y estudian «cómo seguir colaborando a la reparación del infierno sufrido sin excluir algún tipo de aportación económica».

«Los Misioneros Claretianos lamentamos profundamente los comportamientos inapropiados que hayan podido darse en cualquier momento, pasado o reciente, en nuestras instituciones y posiciones pastorales e intentamos hacer todo lo posible para que menores y adultos vulnerables estén seguros y cuidadosamente atendidos en todo momento y lugar», concluyen.

Regnum Christi

El trabajo del Regnum Christi —Legionarios de Cristo, consagradas, laicos consagrados y laicos— en el último año ha estado marcado por la publicación del Informe 1941-2019 de los Legionarios de Cristo sobre el fenómeno del abuso sexual de menores desde su fundación hasta la actualidad y por los documentos promovidos por el Capítulo General de los Legionarios —celebrado en 2020—, donde se recogen «reflexiones, decisiones y compromisos» a la hora de abordar los abusos que puedan cometer sus miembros y la atención a las víctimas, explica Isabel Mónaco, responsable de Ambientes Seguros.

Además de los encuentros con expertos, continúa Mónaco, se ha favorecido el encuentro personal de los legionarios de Cristo con «experiencias reales de las víctimas» a través de encuentros con supervivientes, y se ha actualizado el Comité de Revisión, órgano externo constituido por distintos especialistas que ofrecen su parecer para ofrecer de manera integral cualquier situación de abuso».

Con todo, concluye reconociendo que el citado informe ayudó a que la cuestión de los abusos dejara de ser «un fantasma» y pasara a ser «la historia concreta de personas concretas que habían padecido este horror o lo habían cometido a lo largo de toda la historia de la congregación».

«Esto ha permitido ir avanzando para afrontar de forma personalizada cada caso, y especialmente cada posible camino de reconciliación con las víctimas. Por otro lado, ha significado una toma de conciencia más clara en toda la institución de la verdad de su historia, algo imprescindible para seguir impulsando el necesario cambio cultural», concluye.

Salesianos

También en la Inspectoría de Santiago el Mayor de los Salesianos se ha realizado un gran esfuerzo. Según explica el vicario inspectorial, Samuel Segura, han avanzado en prevención con la publicación de un código de conducta, que todos los educadores deben conocer y comprometerse por escrito, y con un protocolo ante denuncias; en formación, con la celebración de la primera Jornada de Protección de Menores, y en intervención, donde, además de los procesos civil o canónico, se ofrece un proceso de justicia restaurativa que «está siendo muy valorado».

«El balance que hacemos es muy positivo y comprometedor. Hemos iniciado un camino que hay que continuar. La experiencia de atención a las víctimas, especialmente mediante los procesos de justicia restaurativa, está siendo muy sanadora», concluye Segura.