La residencia San Pedro estrena capilla
El pasado 19 de junio se estrenó la reforma de la antigua capilla de la residencia sacerdotal San Pedro, dependiente de la Congregación de San Pedro Apóstol de Presbíteros Seculares Naturales de Madrid. Aparte de mejorar la accesibilidad, con el trabajo del arquitecto José Gabriel Bernabé y del pintor Sergio Cerón se quiere invitar a la oración.
El recorrido comienza con la figura de Adán en el paraíso, en una armonía con todo lo creado que se ve quebrantada por el pecado, representado en una vidriera de once cristales –que rebasan el número del decálogo– y cuyos tonos fríos contrastan con los tonos cálidos de la pintura que, al mismo tiempo, muestra la Salvación: donde abundó el pecado sobreabundó la gracia. La luz es Cristo.
Después se ha puesto a Cristo rescatando a Pedro de las aguas, uniendo sus manos en una nueva alianza, dotando la escena de un profundo significado sacerdotal. A continuación vuelve a figurar Pedro, pero esta vez como el santo apóstol sobre el que se edifica la Iglesia: con la mano abierta de quien habla y enseña, y con las llaves del ministerio recibido. Ahí mismo, junto a él, está la sede.
En el lado del ambón está san Juan de Ávila que, en el ejercicio de su ministerio, inspiró a numerosos santos, realizó una nueva reflexión y renovó por completo el ejercicio del sacerdocio diocesano, y acabó inspirando el nacimiento de la congregación.
En el arco que da paso al altar de piedra aparece pintada la Inmaculada Concepción, pisando la serpiente, como nueva Eva, y con las manos en posición orante, como intercesora de la Iglesia. Y, en la pared final, está representado Cristo Sacerdote sentado en majestad, en un paramento curvo para hacer referencia al reinado sin fin de Dios, y al lugar más santo de la capilla que, además, está iluminado por una vidriera de tonos cálidos y de doce partes que representan al Pueblo de Dios.
En fechas próximas tendrá lugar su consagración e inauguración oficial.