La relación, mejor que nunca - Alfa y Omega

La relación, mejor que nunca

Esta vez, la cosa va en serio. La Santa Sede y el Patriarcado de Moscú preparan un encuentro entre el Papa y el Patriarca Cirilo. No será en la capital rusa, sino en un «un país neutral», según dijo el responsable de Relaciones Externas del Patriarcado, tras reunirse la pasada semana con el Papa. Ese mismo día, el Patriarca recibía al cardenal Scola, arzobispo de Milán, y afirmaba que «nunca antes habían tenido» ambas Iglesias «tantos motivos para trabajar juntas»

Ricardo Benjumea
El Papa recibe, en el Vaticano, al Metropolita Hilarión, el pasado 12 de noviembre.

Bari, ciudad del sur de Italia con una nutrida presencia ortodoxa, Viena, o quizá la abadía de Pannonhalma, en Hungría, son los nombres que más suenan para el encuentro entre el Papa y el Primado ortodoxo con mayor número de fieles. Se trata sólo de especulaciones, aunque no sin fundamento. La Santa Sede y Moscú preparan la agenda de ese histórico acontecimiento «en un país neutral», en fecha sin determinar, según dejó caer en respuesta a varios informadores el Metropolita Hilarión de Volokolamsk, presidente del Departamento de Relaciones Exteriores Eclesiásticas del Patriarcado de Moscú, tras su encuentro, el martes de la pasada semana, con el Papa Francisco. El 19 de noviembre, el Patriarcado desmintió «la información publicada sobre un posible encuentro entre el Patriarca Cirilo y el Papa Francisco», aunque, más bien, parecía confirmarla en lo esencial. La nota —que citaba al abad FIlaret, vicepresidente de Relaciones Exteriores— se limitaba a negar los nombres concretos de ciudades sobre los que se especula, y aclaraba que «la posibilidad potencial de un encuentro nunca ha sido rechazada por la Iglesia Ortodoxa Rusa».

En septiembre, el Metropolita Hilarión dijo que «podemos esperar ese encuentro», aunque «la reunión debe prepararse con detalle», indicación que fue entendida como una alusión al contencioso de los uniatas ucranianos, católicos de rito griego, que Moscú tradicionalmente ha esgrimido para enfriar cualquier tentativa de acercamiento. Pero esta vez hay una clara voluntad en el Patriarcado. Lo demuestra la segunda visita a Roma en 8 meses de Hilarión, que ya asistió a la Misa de inauguración de pontificado. El Patriarcado de Moscú acogió con júbilo la elección de Jorge Bergoglio, un cardenal próximo a la sensibilidad de la Ortodoxia, aunque su entusiasmo palideció al lado del que mostró el Patriarca de Constantinopla tras asistir a esa misma ceremonia. Bartolomé I, de 73 años, afirmó que cree posible ver en vida la plena comunión con la Iglesia católica.

El Papa e Hilarión —según una nota del Patriarcado— hablaron en este último encuentro de la persecución contra los cristianos en Oriente Próximo y sobre la defensa de «los valores familiares tradicionales, cuestionados por la ideología secularista». Al día siguiente, el Metropolita participó en un encuentro organizado por el Consejo Pontificio para la Familia, junto al arzobispo Vincenzo Paglia. Ambos coincidieron en su denuncia de la ideología de género, y en su preocupación por las amenazas de tipo cultural y legal contra el matrimonio en Europa. Ésa es una importante batalla que católicos y ortodoxos libran cada vez más a menudo de la mano. Pero Hiliarión Alfeyev dejó claro que el objetivo no es conformar algo parecido a una alianza política. Al presentar en Roma un libro del filólogo Segei Averintsev, el Metropolita dijo que el ecumenismo no es una «unión en contra de» ni obedece a «motivaciones ideológicas». La unidad no está en un «cristianismo conservador» o en otro «liberal», sino en un «cristianismo cristiano», fiel a la tradición apostólica, como la que han preservado católicos y ortodoxos.

Visita de Vladimir Putin al Papa

Que las relaciones entre Roma y Moscú son hoy mejores que nunca se muestra con la apretada agenda de Hilarión en Roma. Con el cardenal Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, abordó diversos aspectos de cooperación en temas culturales y de formación teológica (en los últimos años, el Patriarcado ha firmado varios acuerdos con instituciones académicas católicas, entre ellas la Universidad San Dámaso, de Madrid). También se encontró con el cardenal Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, que en diciembre visitará al Patriarca Cirilo en Moscú.

El martes 12 lo hizo el cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán. El patriarca y él son viejos conocidos, desde el tiempo en que el cardenal era patriarca de Venecia, y Cirilo, responsable de Relaciones Exteriores de Moscú. El arzobispo ambrosiano rememoró también con la prensa su primer viaje a Rusia, en 1987, «de forma clandestina», para encontrarse con un grupo de intelectuales ortodoxos.

El Patriarca Cirilo recibe, en Moscú, al cardenal Scola. Foto: Sergey Vlasov / EOR.

Mucho ha cambiado desde entonces en el clima ecuménico. «Muchas de nuestras diferencias históricas deberían dejar de desempeñar un papel crítico. Pienso que las dos Iglesias nunca han tenido tan importantes motivos para trabajar juntas como hoy», dijo el patriarca a la agencia Interfax, tras el encuentro con Scola. El comunicado del Patriarcado aludió especialmente a la preocupación conjunta sobre la persecución religiosa en varias partes del mundo y a «la situación de la vida espiritual en Europa», donde, «bajo el eslogan de la tolerancia y el multiculturalismo, los símbolos cristianos son expulsados y la palabra Navidad es proscrita».

Preguntado sobre la visita del lunes al Papa del presidente Vladimir Putin, el arzobispo de Milán respondió que católicos y ortodoxos no necesitan «mediación política». En términos similares se pronunció Hilarión: «Es una visita de un Jefe de Estado, que no afecta a las relaciones entre las Iglesias». Puede que, en otro tiempo, ese tipo de mediaciones fueran importantes, pero hoy ya no hacen falta.