La primera JMJ como sacerdote - Alfa y Omega

La primera JMJ como sacerdote

Fernando Rubio y Fernando Luján, sacerdotes diocesanos de Madrid y Córdoba, viven su primera JMJ como curas. Ambos coinciden en que ahora los importantes son los chavales

Begoña Aragoneses
Fernando Rubio, en el centro, antes de comenzar el Rise Up del arzobispo Cobo. Foto: Begoña Aragoneses.

«Ni tres meses de cura» y Fernando Rubio (en la imagen principal, en el centro) está viviendo esta JMJ Lisboa 2023 de una forma totalmente nueva. «En muy poco tiempo, el sí que le dije al Señor me permite vivir la JMJ de manera renovada; realmente ese sí cambia la vida», señala este sacerdote diocesano de Madrid, poco antes de comenzar la catequesis Rise Up de José Cobo, arzobispo de Madrid, en Sao Domigos de Rana.

Su sacerdocio le permite profundizar en el acompañamiento de los jóvenes «respetando sus tiempos, pero aprovechando momentos de distensión, como los desplazamientos o las comidas». El sacerdote cuenta que es aquí cuando «te haces el encontradizo» y, en el fondo, «ellos están deseando hablar, confesarse…».

Fernando Rubio, en su ordenación sacerdotal el pasado 6 de mayo en la catedral de la Almudena. Foto: Infomadrid.

La primera JMJ a la que acudió el sacerdote fue Cracovia 2016. Acaba de terminar el introductorio y ese septiembre empezaría primero en el Seminario Conciliar de Madrid. Esta de Lisboa, por tanto, es también diferente a aquella de hace ocho años. «Entonces iba a estar yo bien, y ahora vengo a que estén bien conmigo». «Estoy aquí para ellos, esto es lo que ha cambiado», sonríe.

Fernando, de la parroquia Virgen de la Fuensanta, está viviendo también la experiencia de la fraternidad sacerdotal al encontrarse con multitud de sacerdotes en los grandes eventos. «Te das cuenta de que todos somos iguales, todos estamos sirviendo al mismo Señor, y el único sacerdote es Cristo».

Sacerdotes de la generación Benedicto XVI

Nos encontramos con otro Fernando, esta vez Luján y sacerdote de la diócesis de Córdoba, en la parada de un autobús, de camino al centro de Lisboa. Va con sus chavales de la parroquia Santa Marina, en Villafranca de Córdoba, de la que es párroco. «La última JMJ que viví fue la de Madrid, y entonces era seminarista».

Aún recuerda emocionado el encuentro con el Papa Benedicto XVI en la catedral de Santa María la Real de la Almudena, cuando anunció que san Juan de Ávila sería doctor de la Iglesia. «Éramos los jóvenes de la generación de Benedicto y ahora somos los sacerdotes de la generación de Benedicto». De hecho, reconoce que se ha preparado para Lisboa 2023 con los escritos del Papa alemán para los jóvenes.

Fernando junto a los chavales de su parroquia. Foto: Begoña Aragoneses.

Como su tocayo madrileño, este sacerdote tiene claro para quién está en Lisboa: «Volvemos a una JMJ, pero para que ellos beban de lo que tú te has nutrido, que puedan vivir lo que tú has vivido». Y sus chavales saben a lo que han venido a Lisboa: «Venimos a encontrarnos con el Señor y con la Iglesia, y a darnos cuenta de que no estamos solos ni locos; y si es así, ¡bendita locura! El primer loco fue Jesucristo…».

Parafrasea y adapta a san Agustín cuando decía: «Para vosotros, obispo; con vosotros, cristiano». Fernando, no obispo, pero sí sacerdote, que aprovecha su tiempo de vacaciones para estar en la JMJ, «desconectar y cargar pilas». Y ver al Papa, que es otro de los sueños de los chicos: verle «y que nos confirme en la fe».