«La presencia cristiana en Oriente Medio debe ser más que solamente “tolerada”»
El Secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, recordó el domingo a varios obispos y sacerdotes desaparecidos en Siria en 2013. Y sostuvo que los fieles locales «forman parte de esos pueblos por derecho propio y siempre han contribuido a su desarrollo cultural, económico y político con dedicación y competencia»
«Los cristianos en Siria, Palestina, Líbano, Israel, Irak y cualquier otra nación son ciudadanos a los que se deben garantizar todas las libertades», dijo el Secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, en su homilía durante una Misa celebrada el domingo en memoria del desaparecido sacerdote sirio Paolo Dall’Oglio. «La presencia cristiana en Oriente Medio no debe ser simplemente “tolerada”», añadió el cardenal en su sermón recogido por Vatican News. Sostuvo además que los fieles locales «forman parte de esos pueblos por derecho propio y siempre han contribuido a su desarrollo cultural, económico y político con dedicación y competencia»
El purpurado italiano recordó, aparte de a este jesuita secuestrado, a otros dos sacerdotes: el armenio católico Michael Kayal y el grecortodoxo Issab Mahfoud. También al arzobispo Boulos Yazigi, metropolitano grecortodoxo, y Youhanna Ibrahim, metropolitano siriortodoxo. No se tiene noticias de ninguno de ellos desde 2013, un año especialmente marcado por la guerra y la persecución religiosa en Siria. Parolin insistió en redoblar los esfuerzos por encontrar sus cuerpos «aunque sólo sea para hacer ese gesto de piedad que no se le puede negar a nadie, el de guardar luto, dando a sus cuerpos una sepultura digna». Unas peticiones que el Papa Francisco también ha realizado en numerosas ocasiones.
Pietro Parolin resaltó el diálogo con los musulamanes que Paolo Dall’Oglio estableció en Siria «animado por la fe en Cristo y el amor a sus hermanos». Matizó que para poder realizar este intercambio, «no debemos ocultar nunca nuestra identidad de cristianos, sino mostrarla en su dimensión más verdadera». Invitó a «hablar el lenguaje del Reino de los Cielos, que es el del respeto, el de la estima por el hermano» y señaló que así se podrá sustituir «la lógica de la arrogancia, del orgullo, de las armas, de la discriminación y de la guerra» por otra que defininió como «la lógica del cielo». Dijo que está caracterizada por «la caridad y la compasión». Y opinó que, de esa manera, «el encuentro con el otro podrá convertirse en amistad».
El Secretario de Estado concluyó su homilía pidiendo «la gracia de la consolación» para los desaparecidos, sus familias, los sirios que permanecen en su país y los que se han refugiado en otros. Y rezó para que «las heridas de los corazones rotos sean vendadas, los prisioneros liberados, los afligidos consolados, las ciudades desoladas reconstruidas y los lugares devastados reconstruidos».