La prensa alza la voz contra la persecución en América Latina: «Ser periodista es una profesión de riesgo»
Venezuelan Press y Reporteros Sin Fronteras España han lanzado la iniciativa Voces de Latinoamérica en España para dar voz a la diáspora americana en nuestro país
La Asociación de la Prensa de Madrid ha acogido esta tarde el Foro Periodismo y Libertades con el que se ha lanzado la iniciativa Voces de Latinoamérica en España, que trata de dar voz a la diáspora americana en nuestro país, y que ha contado con la presencia de periodistas de Cuba, Nicaragua, Venezuela y también de El Salvador. «Ser periodista hoy es una profesión de riesgo. Hay políticos de muchos países que están tratando de limitar la libertad de prensa», han coincidido los ponentes, que han sido convocados por la asociación Venezuelan Press en colaboración con Reporteros Sin Fronteros España.
El primero que ha tomado la palabra ha sido Oniel Uriarte, periodista cubano, que ha lamentado la «miseria completa» en la que el Gobierno ha sumido a su país. Sobre la situación del periodismo, Uriarte ha explicado que es imposible ejercerlo desde dentro. «Hay que seguir esa lucha desde fuera. De lo contrario, aunque tengas cualquier prueba» que pueda comprometer al régimen, «la hacen desaparecer».
Ante esta situación, «los periodista siguen saliendo» en la actualidad de Cuba y, los que quedan, «han formado una prensa al servicio del sistema», ha denunciado Oniel Uriarte.
Asfixia del Gobierno
Para hablar de la situación de Venezuela ha intervenido el periodista Alonso Moleiro, que se encuentra en España en un programa de acogida temporal a periodistas perseguidos de latinoamérica creado por Reporteros Sin Fronteras España en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid.
Durante su intervención, Moleiro ha subrayado que en su país «han llegado a matar a periodistas, pero ese no es el problema exacto que hay en la actualidad. También hay alguno preso, pero no es el denominador común». La táctica ha sido, por un lado, «la compra por parte de las autoridades de los medios de comunicación críticos» y, por otro, «el cerco tributario» o, directamente, «el cierre» de quienes no se plegaban a las directrices del Gobierno de Maduro.
Frente a esta manera de actuar, «las redes sociales, y especialmente Twitter, son el espectro que queda», ha asegurado Moleiro, aunque ha advertido «que ya están preparando una ley para tratar de meterle mano». En cualquier caso, el periodista ha reconocido que todavía se pueden escuchar algunas voces algo discordantes en el país y que el Gobierno, en ocasiones, «permite ciertas situaciones para más tarde poder ponerse la gorra de demócrata, para el desconcierto de la opinión pública».
Una libertad de prensa muerta
Israel González Espinoza ha sido el encargado de poner negro sobre blanco sobre lo que ocurre en Nicaragua, donde «el primer muerto a raíz de la represión del Gobierno contra el estallido social de abril de 2018 fue la libertad de prensa». Según el periodista socioreligioso, y colaborador de Alfa y Omega, las autoridades «censurado cinco medios de comunicación bajo el pretexto de que estaban generando noticias falsas».
En cualquier caso, González Espinoza —que tuvo que salir exiliado de su país y que recientemente ha obtenido el asilo político en España— ha lamentado los más de 350 muertos que ha dejado el régimen de Ortega-Murillo desde que la gente saliera a protestar a raíz de una negligencia en un incendio forestal y de una subida de cuotas de la Seguridad Social a las personas mayores.
Por último, el nicaragüense ha asegurado que «el 90 % de los medios están en manos del régimen de Ortega», por lo que «las redes sociales se han convertido en un refugio desde el que seguir haciendo periodismo dentro del país»; y ha pedido una mayor sinergia dentro de la prensa latinoamericana, junto con las autoridades, para «salir en defensa de los derechos humanos».
Un año de periodismo
La última en intervenir ha sido Gabriela Cáceres, quien también se encuentra en España gracias al programa de acogida temporal de periodistas perseguidos puesto en marcha por Reporteros Sin Fronteras España, cuyo representante ha asegurado que «estamos siendo testigos en directo de cómo se está limitando la libertad de prensa de un país», ha dicho antes de la intervención de la periodista salvadoreña. Cáceres ha confirmado esta afirmación y ha asegurado que «le queda un año al periodismo en El Salvador».
La periodista también ha revelado que se están observando los primeros movimientos autoritarios del Gobierno contra la prensa y que esta situación es la que le ha llevado a ella a salir del país de forma temporal.
Antes de dejar El Salvador, Gabriela y sus compañeros de redacción publicaron una investigación sobre la negociación del Gobierno de Bukele y las violentas pandillas del país. «A partir de esa investigación, comenzó un ataque directo contra los periodistas que firmamos aquella información», ha asegurado Cáceres, a la que trataron de espiar a través de sus aparatos electrónicos y que incluso sufrió un seguimiento físico. «De madrugada te tocaban en la puerta para que te asustaras y te mantuvieras callada».