La Policía de la cárcel de Rebibbia agradece que Francisco abra allí una Puerta Santa por el Jubileo - Alfa y Omega

La Policía de la cárcel de Rebibbia agradece que Francisco abra allí una Puerta Santa por el Jubileo

Según su comandante, supone «un reconocimiento de nuestro compromiso como misión de misericordia y esperanza»

Rodrigo Moreno Quicios
El Papa Francisco en el penal femenino de Rebibbia el pasado 28 de marzo. Foto: CNS / Vatican Media

La apertura de una simbólica Puerta Santa por parte del Papa Francisco el próximo 26 de diciembre en la cárcel romana de Rebibbia supone «un reconocimiento de nuestro compromiso como misión de misericordia y esperanza». Así lo ha declarado a los medios vaticanos Sarah Brunetti, comandante de la Policía Penitenciaria en este centro que ya ha recibido visitas del Pontífice en otras muchas ocasiones, como el Jueves Santo de este mismo año o el de 2015. «Gracias a él nos sentimos implicados en este proyecto de esperanza tan importante que será el próximo Jubileo», ha añadido Brunetti.

De acuerdo con la oficial, el lema del Cuerpo, Despondere spem est munus nostrum, que podría traducirse como «Garantizar la esperanza es nuestra tarea», ejemplifica de manera eficaz la esencia de su labor. A su juicio, «a menudo, los que están en prisión se encuentran allí porque nunca han conocido la ternura o porque no han recibido esperanza». Por tanto, ha recalcado que «nuestra tarea es dar esperanza también a la sociedad exterior, devolviéndole personas nuevas y rehabilitadas». Y ha matizado que, aunque «la esperanza es un concepto que se refiere al futuro, debe construirse en el presente». Para lo que son imprescindibles apuestas como la que el Papa hará por sus internos el próximo jueves.

Brunetti también ha advertido de que la población reclusa se enfrenta a duros prejuicios. Además, ha confesado que «a veces el diafragma que divide las dificultades de los diferentes actores penitenciarios es muy fino, por lo que el sufrimiento se contamina mutuamente». Y para imponerse a ello, ha subrayado la necesidad de desarrollar un «espíritu de misión, sentido de humanidad y estar dispuesto a soportar el sufrimiento de los demás».

Finalmente, la comandante ha contado que, para ella, vestir el uniforme es «una hermosa manera de superar mis fragilidades personales y ayudar a los demás». Y ha llamado a los jóvenes a salir de sí mismos para paliar realidades tan duras como el aislamiento en prisión. «Es una oportunidad para realizar los valores del respeto, la sensibilidad y el coraje». Pues, en su opinión, «se necesita mucho coraje para asumir la responsabilidad de otros seres humanos».