La pintora que quería ser mártir
En la catedral de la Almudena se desplegará un tapiz (en la fotografía, a la izquierda) con la imagen de las 14 mártires, reproducción de un cuadro pintado para la ocasión por el granadino Luis Ruiz. Sin embargo, la obra pictórica que se ha estado utilizando para difundir la causa de canonización de las religiosas (en la fotografía, a la derecha) tiene como autora a sor Inmaculada López, hermana de congregación de las mártires que, con 92 años y postrada en una silla de ruedas, atiende a Alfa y Omega para hablar de las compañeras que inmortalizó en un lienzo.
«Cuando las pintaba, pensaba: “qué envidia”. Yo pasé la guerra en un pequeño pueblo de Segovia. Allí solo te enterabas del conflicto por la prensa y cuando leía sobre el asesinato de monjas, me entraban muchas ganas de hacerme religiosa y ser mártir. Decía, “todas estas entran en el cielo por aquellos disparos”», cuenta sor Inmaculada.
Esos deseos de martirio la condujeron con 15 años a la toma de hábitos en la Orden de la Inmaculada Concepción. Sin embargo, como concepcionista Dios no le ha pedido el martirio sino una larga fidelidad y una entrega cotidiana.