La Pastoral Familiar de Cuba: «El Código de Familia va a hacer un daño moral y cultural»
El domingo 25 de septiembre el país celebra un referéndum sobre el nuevo Código de Familia, que pretende introducir en el país los postulados de la ideología de género o permitir la gestación subrogada
Las familias de Cuba afrontan este domingo 25 de septiembre una jornada clave. Un referéndum sobre el nuevo Código de Familia, que pretende introducir en el país los postulados de la ideología de género o permitir la gestación subrogada. Si el resultado es positivo, la ley entrará en vigor un día después, pero si gana el no se mantendría vigente el actual Código de Familia de 1975.
Si sucede esto último, desde la Pastoral Familia de Cuba se esperan represalias ante su posicionamiento claro contra este nuevo marco normativo. «Alguna habría», se lamenta Guillermo López, de la diócesis de Camagüey y miembro de la Pastoral Familiar de la Conferencia Episcopal Cubana. «Pero sinceramente no creo que salga negativa la votación. El Gobierno domina y manipula todo este tipo de votaciones en el país», asegura en conversación con Alfa y Omega.
El nuevo Código de Familia, entre otras cosas, quiere permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo; la gestación subrogada; la adopción homoparental; o introducir el concepto de autonomía progresiva de los menores, los cuales sin la autorización de sus padres se pueden someter a procesos quirúrgicos para determinar cuestiones identitarias.
De aprobarse, el documento «va a socavar el diseño original de la familia y va a imponer una educación enfocada a la ideología de género. Va a generar un daño moral y cultural a las familias cubanas», asegura López. Pero más allá de cuestiones morales, Guillermo piensa que, además de querer «introducir la ideología de género en el país», lo que quiere el Gobierno es «poder disponer de los fondos internacionales destinados a esta introducción». Una cuestión monetaria que revela los graves problemas a los que se enfrenta el país.
—¿Cómo está la situación en Cuba?
—La situación del país es precaria. No hay lo básico para el sostenimiento del pueblo. En el interior del país, las interrupciones del servicio eléctrico son de doce horas, imposibilitando el trabajo y el descanso. La alimentación se hace cada vez más difícil y los precios superan los salarios. No hay medicinas. Tenemos un servicio médico que no tiene lo necesario. Y estamos perdiendo los jóvenes con la migración, y esto traerá un problema demográfico que afectará a corto y largo plazo el sostenimiento del país.
—¿Cómo ayuda la Pastoral Familia en este contexto?
—La situación de la Pastoral Familiar en Cuba hoy es tan compleja como la propia situación del país. Hay desesperanza en las familias. Hay un éxodo masivo que la desangra. Se pierden generaciones completas. Sin embargo, intentamos poner a las familias en el lugar que merece dentro de nuestras parroquias. Se acompaña a matrimonios en crisis y se ayuda en lo posible a las familias vulnerables.