La Pastoral del Trabajo se une a los sindicatos para reclamar salarios dignos
Un grupo de trabajadores cristianos participaron este jueves en una movilización en Madrid. «Como creyentes tenemos que comprometernos por hacer que el trabajo sea humano», afirma el responsable de la CEE
Un grupo de trabajadores cristianos se hicieron presentes este jueves en la movilización por el salario justo convocada por los sindicatos para reclamar que las familias trabajadoras no paguen la nueva crisis que padecemos. «Como creyentes tenemos que poner nuestro empeño y comprometernos por hacer que el trabajo sea humano y dignifique nuestra condición de hijos de Dios», manifestó a Noticias Obreras Antonio Aranda, director del departamento de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española.
Por su parte, la presidente de la HOAC, Maru Megina, señaló a la misma publicación que «la inflación ha hecho que los salarios no permitan vivir de manera digna a muchos trabajadores y trabajadoras» y que «necesitamos cambios que posibiliten atajar este gran problema». «Si no se pone solución, seguirá incrementándose el número de personas trabajadoras pobres, que no puede seguir pagando el alquiler, la hipoteca», agregó.
«No podemos permitir la situación actual, teniendo en cuenta la escalada de la inflación y de los precios, donde los empresarios sí han repercutido las pérdidas que han tenido por la inflación, pero no han hecho lo mismo con los salarios», continuó.
Por parte de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) participó Acoidán Valido, que recalcó que espera que esta movilización sirva para «unirnos en una reivindicación fundamental como es el salario digno». «Como Iglesia en salida que somos, vemos necesaria la denuncia de las situaciones injustas, pero también mostrar que estamos cerca de la vida de la gente, como hacía Jesús, que también informaba a la gente sobre las causas de su situación y vivía en su ambiente», añadió.
La remuneración adecuada y la justicia en el reparto de la riqueza creada siempre ha sido una constante en la enseñanza social de la Iglesia, entre otras razones, como explicó Aranda, porque «una vez que están cubiertas las necesidades básicas, las personas se plantean otros proyectos, otros fines como buscar una mayor realización humana y se abren nuevos horizontes, se plantea cultivar la amistad, la cultura, la espiritualidad, el trabajar en proyectos comunes por una sociedad mejor».
El responsable episcopal ve con normalidad que los trabajadores creyentes se sumen a esta movilización: «Como cristiano, nada humano nos debe ser ajeno, como dice la Gaudium et spes, así que viendo la situación de angustia en la que viven muchos trabajadores, la pobreza, la falta de esperanza, no queda otra que unir las pocas fuerzas que uno tiene a las pocas fuerzas que tiene otro para intentar que la situación cambie. No podemos quedarnos cruzados de brazos».
Asimismo, recordó las palabras del Papa ante empresarios italianos, a los que dijo que el valor del trabajo es cada vez más pequeño en comparación con los activos financieros y las retribuciones de los directivos. También dijo en aquella ocasión que hay que buscar «soluciones que nos ayuden a construir un nuevo futuro del trabajo fundado en condiciones laborales decentes y dignas, que provengan de una negociación colectiva y que promueva el bien común».