La parroquia de Santa Bárbara que atrae a novias de todo el mundo - Alfa y Omega

La parroquia de Santa Bárbara que atrae a novias de todo el mundo

La particular orientación hacia el sacramento del matrimonio de esta parroquia madrileña procede de la historia de amor entre Fernando VI y Bárbara de Braganza

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
La célebre escalinata de la parroquia.
La célebre escalinata de la parroquia. Foto: Wikimedia Commons / ECsonka.

La escalinata de acceso a la madrileña parroquia de Santa Bárbara es lo que más encandila a las novias de Madrid, de España y hasta de todo el mundo, que buscan este lugar como escenario para comenzar su vida matrimonial. «Aquí se celebran unas 140 bodas al año. Vienen no solo novios de Madrid, sino muchos de fuera, e incluso latinos que vienen de Estados Unidos solo para la ocasión», afirma Felipe Asterio González, el párroco. «Madrid se está poniendo de moda porque es más barato casarse aquí que en otras partes del mundo. El otro día, sin ir más lejos, casé a una libanesa y a un inglés. Con las peticiones que nos llegan podríamos tener 500 bodas al año, pero sería imposible, muchísimo trabajo, una locura», añade.

Una de las últimas bodas celebradas en el templo.
Una de las últimas bodas celebradas en el templo. Foto: Parroquia Santa Bárbara.

La iglesia en su origen pertenecía al desaparecido convento de las Salesas Reales, mandado construir en 1748 por la reina Bárbara de Braganza para las hijas de la nobleza. Cuando murió, diez años después, fue enterrada aquí, junto a su marido, Fernando VI, que falleció al año siguiente. Los restos de ambos reposan hoy en un mausoleo diseñado por Sabatini. «Es la única parroquia de Madrid que tiene dos reyes enterrados», dice el sacerdote con orgullo, al tiempo que cuenta también que «su historia de amor es muy bonita: se casaron por conveniencia, pero con el tiempo se enamoraron y su unión trajo un período histórico próspero para España». De aquí quizá nace la especial vinculación del templo con la felicidad matrimonial de tantos novios que pasan por él.

Santa Bárbara está en el barrio que llaman de la Justicia, por encontrarse cerca el Tribunal Supremo. Hoy el vecindario lo constituyen sobre todo personas de edad avanzada, ya que los precios de la vivienda son inasequibles para los jóvenes. Lo que sí hay es muchos pisos turísticos y abundan los locales de tiendas de moda de postín, restaurantes caros y numerosas galerías de arte.

Aquí yace también el general O’Donnell.

Aquí yace también el general O’Donnell. Foto: Wikimedia Commons / Luis García.

Aun así, «viene mucha gente a las Misas, casi se llenan todas. Acuden jóvenes que no viven en el barrio, gente de paso, o estudiantes que viven por aquí compartiendo piso», dice González. El perfil sociológico del entorno no impide que haya un grupo bien nutrido de jóvenes, más de 100, que participan en actividades de formación y de profundización en la fe, o de lectio divina. Y siempre se deja caer alguno al que le falta algún sacramento de la iniciación cristiana. «Cada año tenemos más jóvenes adultos que reciben la Confirmación. Algunos son extranjeros: este año una chica de Taiwán, otra de una república exsoviética y algunos franceses e ingleses», explica.

Belleza interior

La parroquia tiene cedidos a Cáritas dos pisos que constituyen el Hogar Santa Bárbara, en los que residen once madres con dificultades y sus bebés, atendidos por las religiosas de la congregación Amistad Misionera en Cristo Obrero. «Los bautizamos en la parroquia y, de vez en cuando, quedamos todos para comer juntos y rezar», cuenta González. Los sacerdotes atienden la capilla de Cachito de Cielo, de las Misioneras del Santísimo Sacramento, y ayudan en la pastoral del cercano colegio de mercedarias.

Sepulcro de Fernando VI (a su espalda está su esposa).

Sepulcro de Fernando VI (a su espalda está su esposa). Foto: Parroquia Santa Bárbara.

En 1870, las salesas fueron exclaustradas y su convento se destinó como Palacio de Justicia. Durante el franquismo albergó el Tribunal de Orden Público y en la actualidad es la sede del Tribunal Supremo. Eso afecta también a la parroquia, pues la apertura del año judicial se realiza aquí con una Misa presidida por el arzobispo de Madrid y son muchos los abogados y jueces fallecidos cuyas familias desean celebrar en este templo su despedida. Todo ello atestigua la especial atención sacramental que ofrece. La belleza de su fachada y de su interior «no nos hace olvidar el cuidado de la belleza interna para todos los que vienen por aquí, que es lo más importante», concluye el párroco.